La Policía de Tránsito remitió al Ministerio Público seis conductores ebrios por día, entre enero y agosto del presente año.
En total, los oficiales detuvieron a 1.438 choferes en los que la alcoholemia marcó más de 0,75 gramos de alcohol en la sangre. Cuando se da un resultado de ese tipo, el infractor debe enfrentar un proceso penal.
Si la aprueba arroja entre 0,50 y 0,75 gramos de alcohol en la sangre se castiga con ¢306.000 y se le restan seis puntos en la licencia.
En lo que va del año se detectaron 145 personas con resultados entre 0,50 y 0,75 gramos. Además, se le realizó la alcoholemia a otros 542 individuos que marcaron algún grado de alcohol, pero en cantidades que no ameritaban sanción.
En 2016, en promedio, la Policía de Tránsito detectó 180 conductores ebrios por mes, esa media es similar al comportamiento del 2017.
Mario Calderón, director de la Policía de Tránsito, dijo que esos datos reflejan el trabajo de esa dependencia a pesar de la pocos oficiales que tiene el país.
De acuerdo con las autoridades, en los primeros 8 meses del año, perdieron la vida 18 personas en accidentes de tránsito vinculados al alcohol al volante.