En números rojos. Así consideran los autobuseros la situación del servicio de interlíneas que ya cumplió un año de estar en funcionamiento.
A criterio de los empresarios, la cantidad de personas que usan estas unidades es insuficiente para cubrir los gastos de operación.
Desde o ctubre del 2013 funcionan las rutas La Uruca–Escazú, La Uruca–Guadalupe y Desamparados–Moravia, en un intento de conectar puntos de la periferia capitalina y evitar que los usuarios tengan que pasar por el centro de San José.
Usted puede ver el mapa de las paradas de las intersectoriales en: nacion.com/interlíneas
Según el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) trasladan 6.791 usuarios diariamente, aunque la expectativa inicial era la de llegar a 10.000.
Los buseros, además, se quejan de que la tarifa de ¢360 debería incrementarse.
En un inicio, el pasaje costaba ¢350; sin embargo, aumentó en ¢10 con el ajuste nacional de tarifas para autobuses, en octubre pasado.
Orlando Ramírez, encargado de la compañía Cesmag, que ofrece el servicio en la intersectorial Desamparados-Moravia aseguró que las tarifas requieren un alza de por lo menos ¢450 o ¢500.
“Nosotros estamos preocupados porque los números no dan, incluso no dan para cubrir la compra de equipo nuevo. La empresa soporta los gastos de la interlínea, pero ella –la interlínea– por sí sola no es autosuficiente”, consideró Ramírez.
Maritza Hernández, presidenta de la Cámara Nacional de Transportes (Canatrans), consideró que las presas y paradas ilegales de pirata las intersectoriales, debido a que los tiempos de recorrido se incrementan.
“Nosotros como empresarios estamos en la mejor disposición de apoyar las nuevas iniciativas de transporte como las interlíneas. Sin embargo, ocupamos apoyo del Gobierno para solucionar la operación de las rutas, la congestión vial es uno de esos obstáculos que afecta los recorridos”, dijo Hernández.
El plan de interlíneas se echó a andar con 36 autobuses que realizan viajes de 5 a. m. a 7 p. m.
Se logró después de cinco años de espera, ante la urgencia de descongestionar vías luego del hundimiento en la carretera de Circunvalación en agosto de 2013.
La instalación de puentes obligó a cerrar un tramo de la vía, a la altura de Hatillo 8, durante tres meses.
Revisión. Sebastián Urbina, viceministro de Transportes y Seguridad Vial, está convencido de que las intersectoriales deben mantenerse a pesar de las preocupaciones de los empresarios.
Lejos de pensar en ponerle fin al servicio, el MOPT lo ampliará con tres nuevas rutas , que comenzarán en enero.
Estas son Moravia-La Valencia, La Valencia-Santa Ana y Escazú-Alajuelita.
Urbina explicó que trabajan en la revisión de los recorridos para tratar de asegurar eficiencia y atraer pasajeros.
“La idea es mantener los recorridos propuestos en el plan original, actualmente se trabaja en la revisión detallada de los tramos para determinar que sean los mismos, pues en este tiempo pueden haberse ejecutado cambios de vías o paradas que afecten el trazado inicial”, comentó el viceministro de Transportes.
Urbina manifestó que paralelamente al desarrollo de las rutas intersectoriales se trabaja en organizar los demás recorridos.
Alfredo Villalobos, presidente de la Cámara Nacional de Autobuseros (Canabús), confirmó que las interlíneas están en números críticos.
Villalobos pidió al MOPT entregar los informes elaborados a principio de año sobre los resultados del plan piloto de las líneas.
“Creemos que es muy importante conocer los números reales de esto que comenzó como un plan piloto el año pasado. Esos datos son muy importantes para, a partir de ahí, tomar las mejores decisiones sobre el tema”, comentó Villalobos.
Para Leonardo Castro, experto en planificación del transporte, el proyecto de interlíneas debe seguir pero complementado con otros servicios.
Según Castro, desde hace más de 20 años se habla de las intersectoriales como una alternativa para mejorar la movilidad de pasajeros en el área metropolitana.
“Las interlíneas van a mejorar en la medida en que se concluya el proceso de sectorización de las rutas que ya existen”, dijo. Colaboró el fotógrafo Carlos Borbón