A la línea del tren entre San José y Cartago le faltan 100 metros para llegar a estación de la basílica.
Para llegar hasta ahí, debe sortear un obstáculo: un diferendo legal entre el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) y los propietarios de un taller de tapicería y autodecoración, situado a menos de un metro de la vía férrea.
El Incofer sostiene que esa edificación debe ser demolida de forma parcial para despejar los cinco metros de derecho de línea.
Uno de los dueños del local, Alejo Sanabria, argumenta que él solo se metió unos pocos centímetros y que está de acuerdo en ceder 2,70 metros, pero no más de eso porque le afectaría su negocio, dedicado a la tapicería desde hace 30 años.
“Cuándo vinieron a echarnos el backhoe , nuestra familia y empleados nos apostamos frente al local para que no nos lo botaran. Ahora apelamos ante el Incofer la resolución de que debemos dar cinco metros”, dijo Sanabria.
La llegada del tren detrás de la basílica beneficiaría a miles de cartagineses que se ahorrarían el trayecto a pie hasta la estación central, detrás del mercado.
Vecinos como Andrés Quirós y Gerardo Guzmán piden que este litigio finalice para el bien de la comunidad cartaginesa.
“Yo quisiera llegar a un acuerdo porque ahora todos nos señalan como los que estamos perjudicando el servicio del tren a este sector”, manifestó el empresario Sanabria.
La representante legal de la empresa, Cindy Blanco, dijo que presentaron ante el Instituto un recurso de revocatoria.
El presidente del Incofer, Miguel Carabaguíaz, confirmó que la empresa fue notificada del desalojo por estar en el derecho de vía.