Los consumidores costarricenses tardan poco más de un mes para percibir una rebaja extraordinaria en el precio de los combustibles.
Esto obedece a que las modificaciones de precio, independientemente de si son alzas o disminuciones, deben ir a consulta pública, lo cual amplía el tiempo de trámite.
Así ocurre desde el año 2008 por orden de la Sala Constitucional.
Tal situación tiene molesta a la presidenta Laura Chinchilla quien ayer anunció que impulsará una reforma a la Ley de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos ( Aresep ) para agilizar el trámite en la modificación de precios.
“A más tardar el martes de la próxima semana, después del Consejo de Gobierno, estaremos presentando algunas reformas a la ley que nos permitan un procedimiento mucho más expedito, como lo tienen prácticamente todas las naciones del mundo.
”De manera que, por ejemplo, el día de hoy, que ya estamos gestionando una baja, no tenga que esperar Costa Rica un mes, o más, para beneficiarse de esa baja, sino que se aplique de la manera más automática posible. De eso se trata gobernar”, expresó ayer la mandataria durante una actividad en la Escuela Nacional de Policía.
Precisamente, el 12 de octubre la Aresep –a petición de Recope – abrió un procedimiento para rebajar ¢16 en el litro de la gasolina súper, ¢11 en la plus y ¢2 en el diésel.
Dicha solicitud se tramita luego de tres incrementos seguidos, pero a la fecha no se ha publicado la convocatoria a consulta pública.
La presidenta calificó de “irracional” que se deba hacer una consulta y hasta se haya intentado establecer la audiencia pública para aprobar una disminución.
Esto, agregó la mandataria, incentiva la especulación.
“Y a veces se escucha que por ahí se cargan los cisternas, el día antes de que entren a regir el alza, y que por ahí se quedan detenidos. Y que prefieren no ir al abastecimiento de la manera tan rápida con que tienen que hacerlo (...).
”Y, entonces, se enriquecen quienes no deberían estarse enriqueciendo, y es el pueblo costarricense, finalmente, el que tiene que pagar el costo de todo este proceso”, aseguró la mandataria.
Alzas también. Aunque Chinchilla pretende beneficiar a los consumidores haciendo más expeditas las rebajas, la Aresep señaló que, si se modifica el mecanismo, también se aplicará para los incrementos.
Es decir, los ajustes de precios también llegarán más rápido.
Dennis Meléndez, regulador general, manifestó en un breve comunicado su apoyo a la iniciativa para agilizar los trámites automáticos.
“Nos parece muy bien que se quite la consulta pública de los ajustes automáticos, dado que son variables ajenas a las empresas y cuyo valor no es posible modificar, por lo que carece de sentido que la gente opine sobre aspectos que no se pueden variar”, dijo el jerarca.
Meléndez agregó que la obligación de la Aresep es que todos los ajustes de tarifas cumplan con el principio de servicio al costo, y garantizar el equilibrio financiero de las empresas, independientemente de si suben o bajan los precios.
Entre tanto, para Olman Bonilla, consultor en temas tarifarios, el problema no deriva de las consultas o audiencias públicas, y tampoco se requiere una reforma legal.
En su criterio, el problema está en el abuso de las fórmulas automáticas por parte de la Aresep, en sustitución de los ajustes extraordinarios que, por ley, “deben emplearse para casos de emergencia, y no todos los meses, como lo están haciendo con los combustibles”.
La modificaciones extraordinarias consideran solo las variaciones en el precio internacional de los carburantes y el tipo de cambio del colón respecto al dólar.
El rubro que más incide en los precios internos es el costo de importación: representa un 55% en la gasolina plus.