Por primera vez, un integrante de la junta directiva de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos ( Aresep ) salió a la prensa para someterse a una autocrítica. Sylvia Saborío conversó el martes de la semana anterior con La Nación. Este es un extracto.
Uno siente que la Aresep no termina de definirse. Lleva muchos cambios en su estructura organizacional y se siente como que no da pie en bola. ¿Qué está pasando?
(...) Venimos arrastrando un bagaje institucional de una época ya pasada que no ha permitido que esta institución, por la cultura interna de la casa, se haya podido transformar en la institución que necesita el país: un ente regulador del siglo XXI.
¿Quedó anclada al pasado?
Se quedó anclada al pasado y con gran resistencia al cambio. Mientras tanto, el mundo ha avanzado a pasos agigantados; la tecnología ha cambiado radicalmente. Los mercados aquí incluso se han ido abriendo.
La Aresep se creó en 1996. A partir de ese año –y sin contar a Leonel Fonseca, que heredó el sistema del SNE y empezó a darle cuerpo a la Aresep–, por aquí han pasado profesionales y economistas de la talla de Hermann Hess, Fernando Herrero, Rafael Carrillo y ahora don Dennis Meléndez. ¿Con todos estos personajes, la Aresep no ha logrado en más de 15 años adecuarse a las nuevas necesidades?
Han ido haciendo, me parece a mí, aportes puntuales ante las coyunturas que enfrentaban. (...) En lo que estamos ahora es en una consolidación institucional y de empezar a funcionar bajo esos parámetros que sí son de un ente regulador moderno.
”Cuando me refiero al pasado... seguro no le gustará a don Leonel, pero esto era como la pulpería de Leonel Fonseca.
”Las cosas eran de una manera tan artesanal. (...) Lo que hemos encontrado aquí es que gran cantidad de las metodologías no se habían formalizado nunca. No fueron aprobadas por nadie en particular; la ley no lo requería”.
Quizá antes la regulación era menos compleja, pero la Aresep era una institución pequeña; su presupuesto no llegaba a los ¢1.000 millones. Hoy es de ¢10.000 millones. ¿Cómo es que no se ha logrado ese ajuste?
Es una cosa muy compleja. Hicimos un inventario y hay como 78 distintas metodologías que se usan en los sectores. De esas, solo han pasado por la junta directiva como cinco, que son las que hemos hecho en los últimos años. Las otras no es que son ilegales, sino que estaban hechas a la usanza de aquel tiempo; a las necesidades de aquel momento. Bueno, no sabemos, pero así es como se hacía.
Puede ser que las metodologías de aquel momento fueran arcaicas, pero funcionaban. Ahora parece que las cosas no funcionan.
Claro, porque ahora hay mucho más escrutinio. Antes, don Leonel Fonseca tomaba la decisión que le daba la gana, con metodología o no, y eso era. Nadie lo cuestionaba. ¡Es que son otros tiempos! No creo que eso sea un reflejo de la bondad o calidad de la metodología. Es que los estándares de hoy en día son mucho más altos, mucho más exigentes.
¿Es un problema de personal? De recursos no creo porque más bien hay un superávit y la Contraloría los ha obligado a devolver lo que cobra del canon que no usan.
No, recursos financieros no.
Preocupa que por aquí hayan pasado economistas como Hermann Hess y usted diga la clase de institución que encuentra.
Sí, a mí también me preocupa porque ahora es mi problema. Le voy a decir, rápidamente, las transiciones por las cuales hemos pasado desde que estoy aquí. Al principio teníamos una junta muy conflictiva y muy dividida. El primer año y medio nos llevamos discutiendo entre los miembros de la junta la dirección por seguir. Finalmente ganamos, se reconstituyó la junta y empezamos a consolidar lo que queríamos. Se crearon las intendencias y de ahí en adelante tenemos mucho más claro las deficiencias que hay en cada área.
¿Desde cuándo está en la junta directiva?
Desde julio de 2010.
Está en cuenta regresiva. ¿Por qué no se ha podido avanzar en contrataciones?
Bueno, acuérdese que pasamos año y medio en que no había una visión clara de cómo moverse. Tiene que restarle ese periodo. Ahora estamos a punto de aprobar el RIOF (Reglamento Interno de Organización y Funciones).
¿Y qué sigue?
Estamos metiéndole a la parte de apoyo institucional. Por eso el nuevo RIOF contempla la creación de un puesto de mayor nivel en recursos humanos. La plataforma tecnológica de esta institución está en la antiguedad.
”Y estamos contratando todo un modelo contable financiero porque no va a creer, pero aquí las cuentas se llevan a pie. Si pregunta por qué no podemos avanzar más, por eso. Pedimos una cosa a Financiero y tardan 15 días para hacerlo porque suman y restan a pie”.
¿Cuánto pretenden ustedes, como junta, dejar avanzado?
Yo me habría pensionado hace 15 años, pero me tomé este reto porque se que se puede, esta es una entidad chiquitica.
Sí, pero que toma decisiones que afectan a todo el país.
Por supuesto que sí, pero lo que necesita, en realidad ,es una veintena de gente iluminada viendo a futuro de cómo es que se hace una regulación moderna. Así se puede dar vuelta a esta tortilla.
El nuevo modelo organizacional de la Aresep está pensado, consultado. ¿Uno podría decir que está hecho a prueba de bala?
Yo creo que es a prueba de bala. Le hemos dedicado, no tiene idea la cantidad de tiempo con la vieja y la nueva junta; meses de discusión. Estoy dispuesta defenderlo.
Esto es suficiente o deberían pensar en una reforma legal?
Eso no es lo más apremiante. Hay que poner la casa en orden. Ahora las intendencias están asumiendo sus responsabilidades y vamos a tener un nuevo director de participación del usuario. Estamos fortaleciendo el centro de desarrollo de la regulación. Vamos a tener una dirección más alta en recursos humanos y de tecnologías de la información. Vamos a tener un modelo de finanzas y contabilidad del siglo XXI. Necesitamos cosa (sic) de comunicación institucional no solo para afuera; para adentro.
”Ahora en esto de la comunicación quiero que nos entendamos: es muy difícil salir hoy en día a defender a la Aresep”.