Nada moviliza más a un agresor, en el mundo real o virtual, que la sensación de poder: la provocación de un aplauso, una risa, un “me gusta”, o incluso una lágrima y un insulto.
Por eso, expertos como Wálter Esquivel, de la Fundación Paniamor, resaltan la importancia de capacitar a terceros para que no contribuyan a los círculos de violencia.
“En muchos países se trabaja el cyberbullying no solo desde las víctimas y victimarios, sino desde las audiencias para disminuir el acompañamiento que le dan al agresor y generen un control social”, explicó el experto.
Esto ya ocurre hasta cierto punto: en muchas páginas utilizadas para insultar a jóvenes, compañeros y amigos de la persona agredida intervienen a su favor.
Con frecuencia, la mejor manera de aplicar combatir la violencia es ignorando las páginas donde ocurren las agresiones, sin compartirlas, ni comentarlas del todo. En otros casos, los jóvenes asumen un papel proactivo en la denuncia de perfiles o páginas inadecuadas ante Facebook.
Este mecanismo lo ha aprovechado Patronato Nacional de la Infancia (PANI) en su perfil, la cual tiene más de 50.000 seguidores.
De esta manera, el PANI ha recibido numerosas denuncias y se han articulado quejas de los propios jóvenes para cerrar más de 60 páginas de cyberbullying .
“He visto una respuesta muy fuerte desde los jóvenes. No solo damos mensajes de prevención, sino que ellos mismo denuncian”, explicó Mauricio Fallas, quien administra ese espacio.
Si usted tiene consultas o requiere orientación sobre el tema del matonismo, puede remitirlas al PANI mediante el Facebook o la línea gratuita 1147.
También brinda asesoramiento sobre prevención la Fundación Paniamor al 2234-2993.