Cada ciclista tiene su ruta para cruzar San José, pero el objetivo siempre es el mismo: llegar al otro lado de la ciudad en el menor tiempo y del modo más seguro.
En 2008, el colectivo de asociaciones civiles Una Ciclovía para San José empezó a soñar con una ruta oficial para transitar por la capital en dos ruedas. Trazaron decenas de propuesta y negociaron con el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y la Municipalidad de San José (MSJ) hasta acordar una versión final de la ruta.
Esa propuesta se encuentra en últimos ajustes por parte del Ministerio y la semana siguiente volverá al colectivo para que, en conjunto con la MSJ, le busquen financiamiento.
La primera etapa, que consta del trayecto entre la Asamblea y la iglesia de la Merced, tendría un costo de $300.000. Incluye la construcción del carril para bicicletas, intervenciones en aceras y alcantarillas y señalamiento vial.
“Es un asunto de movilidad y de democratizar la ciudad. El 30% de la gente que usa vehículos particulares ocupa un 70% del espacio”, señaló Ramón Pendones, de la organización A Convivir.
El diseño utiliza calles que tienen un amplio ancho de calzada, lo que permite incorporar la ciclovía y a la vez mantener los carriles actuales para vehículos.
“La idea es que sea, además, un plan piloto. Después podríamos expandirlo a otras ciudades, como Heredia o Alajuela”, apuntó Junior Araya, director de Ingeniería de Tránsito del MOPT.
Sistema público. Otro colectivo de organizaciones, en conjunto con la Municipalidad de Cartago y el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), impulsa el primer programa de bicicletas públicas del país.
Este proyecto permitiría a personas alquilar, durante unas horas, una bicicleta para hacer recorridos cortos y después regresarla.
La clave para los organizadores es lograr que el sistema sea gratuito o, si es cobrado, que sea más barato que la red de autobuses.
Antes de lanzar el programa al público, los organizadores harán un periodo de prueba que empezaría en el 2014 con funcionarios municipales y la comunidad universitaria del ITCR.
El corazón del proyecto serán cuatro estaciones situadas en diferentes puntos de la ciudad (una en el Tecnológico, otra en la estación del tren y dos que faltan por definir) y que en conjunto albergarían 120 bicicletas.
Hay dos propuestas para su funcionamiento. Si se logra que el sistema sea gratis, la afiliación sería con un recibo de servicio público que garantice la identidad y procedencia de la persona. Si fuera cobrado, una opción sería tarjetas de débito o crédito, tal como se hace en otros países.