4:45 p. m. Ya había superado la cuesta del Fierro y bajaba Ochomogo hacia la ciudad de Cartago, cuando uno de los vagones del tren en el que viajaba la presidenta, Laura Chinchilla, descarriló.
Faltaban cinco kilómetros para llegar al centro de Cartago y era el primer viaje de inspección de la mandataria. La acompañaba el jerarca del Incofer, Miguel Carabaguíaz.
En el vagón descarrilado solo viajaban periodistas, quienes reportaron un bamboleo, pero sin golpes. Una de las ruedas del carro se desmontó en una zona donde los durmientes estaban sobre tierra, y sin el balastro (o piedra) que soporta la línea férrea.
Pese al susto, la mandataria le dio el visto bueno al tren, que podría empezar a brindar servicios diarios en diciembre.
“Es un recorrido muy hermoso, porque nos da la posibilidad de ver los bellos cafetales de toda esta zona, las montañas de La Carpintera y nos hizo una tarde muy bonita. Los ajustes que hemos estado viendo con don Miguel habrá que terminarlos antes de diciembre, cuando la obra esté completa”, dijo Chinchilla.
Según Miguel Carabaguíaz, este viaje de inspección se programó hace cuatro meses, para aprovechar las celebraciones del 191 aniversario de la Independencia.
El funcionario insistió en que se trataba de un viaje de inspección (nunca inaugural) y que el descarrilamiento ocurrió en un paso a nivel donde todavía faltan obras.
Veinte minutos después del hecho, el convoy continuó su marcha y a las 5:30 p. m. ingresó a Cartago.
Se trata de 23 kilómetros de vía férrea que conectarán San José con Cartago, un trayecto que los usuarios podrán recorrer en unos 40 minutos, según el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer).
En el recorrido, la presidenta también pudo ver lujosos residenciales y mansiones y las humildes viviendas en la zona de Los Diques. En este último lugar se impulsa un proyecto habitacional, para reubicar a estas familias.
“El tren nos muestra cosas que a veces no vemos”, reconoció la mandataria Chinchilla.
Al paso de los vagones, niños y adultos mayores salieron de sus casas a saludar, a decirle adiós con la mano a la presidenta. Otros más sacaron sus celulares y sus cámaras para tomarle fotos a un tren que no cruzaba esa zona desde 1995, cuando José María Figueres ordenó el cierre del Incofer.
El tren solo se detuvo en la estación de Tres Ríos, donde niños vestidos como campesinos esperaron el saludo de la mandataria.
Lo de ayer fue casi un reprisse de otro incidente presidencial.
El 12 de diciembre del 2008, el vagón de la prensa también descarriló en el viaje inaugural del tren a Heredia. Esa vez, el del susto fue Óscar Arias, y el de las congojas Miguel Carabaguíaz.