Los Chiles. Al tiempo que el éxodo de miles de nicaraguenses hacia su país ocupa a las autoridades migratorias de Costa Rica, grupos más pequeños aprovechan para ingresar ilegalmente en busca de trabajo aquí.
El lunes, por ejemplo, familias completas entraban por el sector de Tablillas, seis kilómetros al norte de de Los Chiles, Alajuela.
Así, mientras miembros de la Fuerza Pública y de la Policía de Control Migratorio procuraban ordenar la salida de nicaraguenses, por otro, algunos se camuflaban entre las plantaciones de naranja a la espera del momento oportuno para pasar a lado tico.
Los inmigrantes salen de entre potreros y sembradíos de raíces y tubérculos. Vienen madres con niños en brazos y jóvenes habilidosos que abordan carros a toda prisa para alejarse del cordón fronterizo.
Entre ellos, venía José González Ortega, quien dijo haber salido el domingo de Nueva Guinea, en el Atlántico sur de Nicaragua.
Según él, la Semana Santa es un bueno momento para ingresar a Costa Rica porque, aseguró, los controles disminuyen para los que entran. La atención se concentra en Los Chiles y Peñas Blancas, en Guanacaste.
Su plan, es trabajar unos tres meses cortando naranjas o caña de azúcar, para luego regresar a casa.
González no está alejado de la verdad pues Los Chiles es, desde el viernes anterior, escenario de un intenso movimiento migratorio.
La pequeña sede de Migración atendió entre sábado y domingo a 2.500 nicaraguenses con pasaporte. No obstante los que salen temporalmente, pero por puntos, no autorizados, se quintuplican.
Se van en lancha por el río Frío, que desemboca en el San Juan, o caminando por puntos ciegos.
El cambista René Mora Chamorro, con 15 años de experiencia, afirmó que solo el fin de semana pasado aquí se cambiaron alrededor de ¢70 millones en córdobas.