El Gobierno pretende ofrecer condiciones de financiamiento más favorables para que tanto taxistas como autobuseros cambien sus viejas unidades por vehículos menos contaminantes.
Esta es una de las estrategias gubernamentales para que Costa Rica sea carbono neutral en el 2021.
Ser carbono neutral implica que el país logre equiparar sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) con cantidades iguales de oxígeno y, de esa forma, contribuir a que no aumenten el efecto invernadero ni el cambio climático.
René Castro, ministro de Ambiente, manifestó ayer que los taxistas que cambien su unidad por vehículos híbridos (electricidad y combustible) podrían conseguir una exoneración del 100% de los impuestos.
Además, el jerarca aseguró estar en “conversaciones” con empresas constructoras de vehículos híbridos en China, Corea y Japón para buscar precios preferenciales de compra.
Es decir, que el intermediario de la marca en Costa Rica pueda obtener las unidades a un precio aún más bajo.
Por último, Castro aseguró que se pretende aplicar la misma estrategia en esos mismos países, pero para importar autobuses más amigables con el ambiente, o para trabajar en la conversión de buses de diésel por buses propulsados con combustibles no fósiles (biodiésel, por ejemplo).
El ministro no se refirió a ninguna empresa en particular ni cuándo podrían empezar los transportistas a renovar la flotilla.
Lo cierto es que la compra de vehículos menos contaminantes será un requisito para que taxistas y autobuseros puedan renovar sus concesiones en el Consejo de Transporte Público (CTP).
Toda esta propuesta se expuso ayer, luego de una serie de exposiciones sobre los avances del país para llegar a ser carbono neutral.
Según los datos divulgados por Marianella Feoli, directora ejecutiva de Fundecooperación, en el 2021 el país emanará 21,7 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Sin embargo, gracias a la acción fijadora de carbono de los bosques y de los sistemas agroforestales, el país estaría en capacidad de retener hasta 15,9 millones de toneladas de CO2 en ese año.
El reto es que la industria, el transporte y los hogares modifiquen sus hábitos de producción y consumo para cerrar la brecha de 5,8 millones de toneladas de carbono y ser un país carbono neutral.
Entre otras propuestas para alcanzar la meta, Castro habló de modificar las fórmulas del combustible que se vende en el país, la siembra de siete millones de árboles maderables en fincas ganaderas y cafetales, y la conversión de los cultivos de piña, banano y café para, de esa manera, reducir el uso de químicos contaminantes.