La omnipresencia del teléfono celular, el correo electrónico y el pago desde la web están erradicando el recibo de luz en papel.
El adiós es casi inevitable conforme más abonados privilegian el pago en línea de toda clase de servicios y los distribuidores de energía elevan su ahorro cortando gastos en tinta, papel y distribución de la factura.
El ocaso de esta papelería progresa en un país donde había más de siete millones de líneas de telefonía móvil (cuatro millones de ellas con enlace a Internet) en el 2014, indican estadísticas de la Superintendencia de Telecomunicaciones.
En el 2014, por ejemplo, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) imprimía 500.000 recibos. Hoy solo elabora 350.000, confirmó Jesús Sánchez, director de Distribución y Comercialización de Electricidad.
A enero de este año, los abonados al servicio de electricidad en el ICE ascendían a 743.000.
Sánchez explicó que el papel será necesario en algún grado, pues la entidad también atiende a clientes de zonas alejadas que aún no tienen acceso a medios digitales.
También, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) empezó desde octubre a deshacerse de la factura física, confirmó Adán Marchena, su subdirector de Comercialización.
Con una base de 534.000 abonados, la CNFL ya enviaba por correo electrónico 34.000 facturas digitales para enero del 2015. A diciembre anterior, ya eran 60.000, mientras ascendía a 115.000 la cifra de mensajes de textos para alertar a clientes del cobro.
Marchena afirma que esto eliminó 180.000 facturas en papel, lo cual le ahorró entre ¢20 millones y ¢21 millones a la CNFL en papel, tinta y distribución de recibos.
El funcionario asegura que para setiembre, cuando ya hayan suprimido casi todo el uso de papel, esperan un ahorro global cercano a ¢700 millones anuales.
Plataformas adecuadas. Coopesantos R.L. viene desde 2014 eliminando papel, aún y cuando, parte de sus 41.00 abonados se localiza en áreas rurales como Dota, Tarrazú, León Cortés y Mora.
El cambio allí, como en la mayoría de distribuidores, tomó la forma de crear facilidades de pago en sitios donde se pudiera cancelar digitalmente el servicio.
Estos sitios incluyen pulperías, abastecedores, supermercados y un tejido de alianzas con bancos públicos y privados para envolver cada vez más cantidad de pagos en línea.
La Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH) se deshizo de casi todo el papel para notificar los consumos de agua y luz de sus 68.000 afiliados. Conservan 5% del papel en casos especiales.
“Avisamos casa por casa y actualizamos la base de datos de afiliados. Con el tiempo, muchos clientes nos dijeron que anhelaban el cambio”, explicó Andrea Fonseca, vocera de ESPH.
En Coopelesca R.L. tampoco imprimen recibos, pues detallan el consumo al entregar el comprobante de pago, precisó su vocera Amarilis Barrantes. Pero si alguien lo solicita, sí se imprime un duplicado del recibo.
Esta empresa, con casi 88.000 servicios eléctricos, abraza con fervor la era digital, pues utiliza mensaje de texto, llamadas de voz automáticas y correo electrónico para alertar del cobro mensual.