Los Chiles. Dos bolsas negras de plástico son las paredes de la vivienda de la familia Vives López, en Cuatro Esquinas de Los Chiles, zona norte.
A un kilómetro de la frontera con Nicaragua, seis adultos y dos niños de 4 y 3 años de edad, comparten un aposento de piso de tierra y un techo agujereado por donde pasan directo las goteras.
“Nuestra casita es como un gran coladero. La lluvia se mete por el techo, por las paredes y por el suelo. En la noche hace un frío que a veces ni nos deja dormir”, expresó Jeconia Vivas, quien es madre de un niño de 4 años.
De acuerdo con el décimoctavo informe Estado de la Nación , el cantón con más alto porcentaje de viviendas en mal estado es Los Chiles, con un 20,4%.
En la lista le siguen Matina, Osa, Upala, Guatuso y Buenos Aires, todos con un 17%.
En la casa de los Vivas, las hamacas cumplen la doble función de ser asiento y cama, y una improvisada instalación eléctrica conecta el bombillo que los alumbra.
“Si el Estado no nos ayuda, nunca podremos vivir bajo un techo digno. Aquí ninguno tiene trabajo fijo, ya que en esta zona son pocas las posibilidades de encontrar un trabajito permanente”, dice Jeconia, con resignación.
A duras penas. Algunas semanas solo logran recoger ¢25.000 para cubrir los gastos de alimentación. “La situación es dura, y a veces eso no nos alcanza ni para comer”, agregó esta vecina del cantón fronterizo con Nicaragua.
Ante este tipo de situaciones, hay quienes migran de las zonas rurales hacia la ciudad en busca de mejores condiciones laborales.
“Hay pobres de zonas rurales que migran a la ciudad en busca del respeto de garantías laborales y de mejorar su calidad de vida, sin que necesariamente las encuentren”, dijo Eloísa Ulibarri, directora ejecutiva de la Fundación Promotora de Vivienda (Fuprovi).
Por su parte, la ministra de Vivienda y Asentamientos Humanos (Mivah), Irene Campos, dijo que desde el 2010 se han definido cantones prioritarios, en los que se han mejorado las condiciones de vivienda de los habitantes.
Según el Fondo de Subsidio de la Vivienda (Fusovi), en el cantón de Los Chiles se han atendido 267 casos, lo que representa una inversión en bonos por ¢1.866.038.148.
Al igual que los Vivas López, Teresa Varela y sus dos nietos, de 10 y 11 años, tienen un pequeño cuarto y un baño de servicio sanitario de hueco, cubierto con tela.
Cuando las láminas de zinc se acabaron, terminaron de cubrir el techo del rancho con hojas de árboles y plástico.
Su joya más preciada es una cocina de gas, que desde hace varios meses no utiliza por falta de dinero para comprar el combustible.
Mientras tanto, utiliza un estañón en el que prepara almuerzos para vender a los peones que trabajan en las piñeras vecinas y con eso poder comprar arroz y frijoles para sus nietos.
Sin embargo, esta vecina de Los Chiles asegura que nunca iría a solicitar un bono para vivienda.
“Aunque yo necesito, mejor no voy a pedir a ninguna institución del Gobierno, porque me da miedo que me regañen”, expresó la adulta mayor.