La movilidad laboral voluntaria promovida por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) se traducirá en 210 plazas menos.
Estos empleados dejarán la institución, pero se llevarán ¢6.000 millones por el pago de las prestaciones de ley, más un bono equivalente a cuatro salarios.
Por esa razón será hasta dentro de unos dos años que la institución empezará a sentir los beneficios de ese recorte de planilla, reconoció Teófilo de la Torre, presidente ejecutivo del Instituto.
Aunque, inicialmente, la oferta de dejar la entidad a cambio de un bono había atraído a 239 servidores , varios dieron marcha atrás.
La iniciativa estaba dirigida a trabajadores fijos con más de cinco años de antiguedad.
Paralelamente, el Instituto promueve una movilidad laboral horizontal dirigida a hacer traslados dentro de la misma institución. Este proceso sigue abierto.
Tijera. Ambas iniciativas son parte de un plan para recortar gastos por ¢80.000 millones durante este año.
“Hemos recortado donde se puede recortar. Llevamos medio año restringiendo compra de bienes, de servicios, viajes (...), una lista interminable de cosas que no tocan al personal”, dijo De la Torre.
En lo que respecta a los empleados, además de la movilidad laboral, se ha restringido el pago de horas extras y se han revisado pluses salariales automáticos.
En esta misma línea se ha hecho una “reducción juiciosa” de las planillas ocasionales, sostuvo el jerarca del Instituto.
“La suma de todas esas medidas lo que nos ha hecho es bajar los probables déficits de operación de este año, de un nivel que iba a ser más alto que el año pasado (¢22.000 millones) a un número más bajo”, explicó el jerarca, sin atreverse aún a dar una cifra.
Los números rojos del 2011, dijo, obedecieron fundamentalmente a que no les reconocieron los gastos por compra de combustibles para generar electricidad. Esos recursos se están recuperando este año.
Para el ICE, agregó De la Torre, lo fundamental es cumplir los indicadores financieros exigidos por los bancos que les prestan plata, aunque contablemente cierren en rojo.
“Este año tenemos unos indicadores nuevos, los renegociamos con los bancos porque originalmente los habían puesto muy estrictos”, aseguró.