Si cree que las tarifas del servicio eléctrico están muy elevadas, prepárese porque subirán aún más.
El mes entrante los hogares deberán pagar entre un 9% y un 14% adicional por la luz.
Tal incremento pretende cubrir el gasto en combustibles para la generación eléctrica del último trimestre, la cual fue casi ¢4.000 millones superior a lo estimado por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
Dicho aumento obedece a una mayor necesidad de generar electricidad con diésel y búnker, por la baja producción a base de agua, y las alzas en los carburantes.
Esto causa que las tarifas deban ajustarse hasta en un 4% por encima de lo proyectado. A este mecanismo se le denomina ajuste por costo variable por combustibles (CVC), pues solo considera los gastos en hidrocarburos para la producción de electricidad.
Por ejemplo, para este segundo trimestre al ICE se le había autorizado un alza del 8% para las residencias, pero será del 9%.
El ajuste afectará a los 1,4 millones de abonados de todo el país, incluidas las viviendas, comercios, industrias e instituciones.
Del lado residencial quienes llevarán la peor parte serán los clientes de Coopelesca, en San Carlos; Coopesantos, en la zona de Los Santos, y la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), en el centro del país. Entre todas cubren a 580.600 usuarios.
Por ejemplo, un hogar con un consumo de 250 kilovatios hora al mes (kWh) y cliente de Coopelesca, deberá pagar ¢3.450 más. Su recibo pasaría de ¢20.400 a ¢23.850, sin incluir el cargo por alumbrado público y el aporte a bomberos.
Una familia con ese mismo consumo pero que recibe el servicio de la CNFL, pasaría de pagar ¢18.950 a ¢21.100. Es decir, este hogar tendría que ajustar su presupuesto para pagar ¢2.150 adicionales.
Tales incrementos se unirán al alza de entre 3% y 13% aplicada en enero de este año para todas las empresas distribuidoras.
Respecto a este aumento para compensar los costos de los combustibles, la Aresep informó de que ayer cerró el periodo de consulta. Próximamente será aprobado y deberá entrar a regir después de Semana Santa. Al ser un ajuste automático, su trámite es rápido.
Alarma industrial. La seguidilla de alzas tiene en alerta al sector industrial que ayer pidió a la Aresep frenar el ajuste propuesto a partir de este 1.° de abril.
Para los empresarios el denominado CVC permite al ICE “gastar ilimitadamente” en combustibles, pues se le garantiza el reintegro automático con aumentos de tarifas cada tres meses. A su juicio, la metodología del ente regulador “es un cheque en blanco para el ICE”.
Ese mecanismo de fijación también está cuestionado ante la Sala IV por medio de una acción de inconstitucionalidad presentada este miércoles por el abogado Andrés Bonilla.
Para agravar la situación, alegan los industriales, en febrero el ICE generó con diésel en vez de búnker, lo cual encareció en un 43% los costos. Esto representa un gasto adicional de ¢6.688 millones, declaró Juan Ramón Rivera, presidente de la Cámara de Industrias.
El director de Comunicación del ICE, Elbert Durán, informó de que se vieron obligados a operar las plantas con diésel de manera extraordinaria porque el búnker suministrado para la planta Garabito no cumplió los estándares de calidad requeridos.
“El embarque que lo sustituye ya está en puerto, pero no ha podido ser descargado por saturación en Caldera (puerto)”, agregó.
Al 31 de enero, el ICE reportaba un consumo de 38,3 millones de litros de búnker y 11,5 millones de litros de diésel, lo cual representó un desembolso de ¢20.091 millones.
Aunque según las estimaciones del ICE y Aresep, las tarifas debían bajar a partir de julio, ahora se tienen dudas de que eso pueda ocurrir pues la Junta Directiva de la Aresep acogió un reclamo del ICE para que se le reconozcan gastos por casi ¢30.000 millones en compras de combustibles del año anterior.