Un universo de grafitis decoró por años al pabellón de niños y adolescentes, dentro del Hospital Nacional Psiquiátrico (HNP).
Esto, porque, cuando ingresaban al Chapuí, jóvenes adictos y menores con trastorno mental eran destinados al mismo sitio, exactamente al mismo pabellón.
Esa mezcolanza, según los psiquiatras a cargo de estos grupos, no desencadenó más que tragedia; malas influencias, rechazos, discriminaciones y abusos.
Calma. Desde el 2008, las paredes del pabellón de jóvenes con trastorno mental volvieron al blanco tradicional; quienes abusan de drogas ya tienen su propio lugar.
Ese edificio en el HNP es para el Programa Nuevos Horizontes, que pretende desintoxicar a los menores en un periodo de 30 días, prorrogable a un máximo de 45.
El pabellón, mixto y cerrado, alberga 12 camas –siempre llenas– y tiene capacidad para internar a unos 120 jóvenes al año.
Los pacientes de Nuevos Horizontes son conocidos como los “reyes del escapismo” porque, por el afán de consumir, baten el récord de fugas en el Chapuí.
Róger Ramírez, coordinador del pabellón, admitió que deben ser muy estrictos con los adictos, y recordó que el consumo de drogas es solo una pequeña muestra de problemas más profundos.