Los 280.000 habitantes de Guanacaste tienen serios problemas para desechar la basura que producen debido a la falta de rellenos sanitarios en esa provincia.
Ante la escasez de alternativas, las municipalidades intentan dar largas a las órdenes emitidas por el Ministerio de Salud y la Sala Constitucional para cerrar o mejorar los actuales vertederos.
La provincia que tuvo un auge en la construcción hasta el 2008, cuenta con un aeropuerto internacional para recibir a miles de turistas al año y tiene un fuerte desarrollo hotelero, pero solo dispone de botaderos a cielo abierto.
También posee algunas “gavetas” controladas, donde los desperdicios si acaso son cubiertos con tierra y hay fumigación dos veces por semana.
“Guanacaste tiene problemas en todos sus cantones, no hay un solo relleno sanitario.
“La discusión es grave. Estamos colapsados y no tenemos alternativa: o lo entregamos a un privado (el servicio de tratamiento) o construimos un par de rellenos sanitarios que lleva un proceso de unos cuatro años”, advirtió Juan Rafael Marín, ministro de Descentralización Municipal.
Marín es originario de Hojancha, donde fue alcalde.
El caso más grave lo enfrenta Tilarán, que debe cerrar el vertedero el próximo 15 de julio.
El alcalde Jovel Arias Ortega indicó que la medida fue impugnada, pero que si deben acatarla tendrán que trasladar las 12 toneladas diarias de desperdicios que genera el cantón hasta un relleno sanitario en Miramar de Montes de Oro, Puntarenas.
Esto implicará que el camión recolector destine una hora y media en recorrer los 80 kilómetros para llegar a ese lugar.
La consecuencia para los 16.500 vecinos será un alza del 200% en la tarifa, adelantó Arias. Así, el costo por desechar basura comercial pasará de ¢9.605 por trimestre a ¢28.815, y el de la residencial subirá de ¢3.842 a ¢11.526.
“La basura es el ojo de la tormenta en Guanacaste. Nos hemos quedado rezagados porque les han dado una brasa caliente a los gobiernos locales que, con los recursos escasos que tenemos, debemos hacerle frente a esta situación”, afirmó Castañeda, cuyo cantón produce 70 toneladas diarias de desperdicios.
Entre tanto, Santa Cruz debe encontrar una solución en dos años, reconoció ayer María Luisa Ávila, ministra de Salud. En Cañas, la situación también es bastante crítica. El alcalde Lizanías Zúñiga indicó que en diciembre tendrán que clausurar el botadero donde depositan 30 toneladas de basura al día.
Por su parte, Nicoya recibió la orden de hacer un cierre técnico del vertedero en el 2004. No obstante, las instalaciones todavía están operando.