Ante el imparable costo de las tarifas eléctricas, el sector productivo y sus autoridades buscan caminos para frenarlo. Una de las posibilidades que se baraja es aumentar la participación de las empresas privadas en la generación de energía. Sin embargo, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) muestra algunas reservas.
Según usted, el ICE está dispuesto a comprar a generadores privados “toda la energía que sea”. ¿Les darán 455 megavatios (MW) de aquí al 2017?
Sí, esa energía de privados ya está contratándose. De aquí al 2017 van a entrar tres proyectos hidroeléctricos (150 MW ) que fueron adjudicados, hace varios años, y dos eólicos (100 MW). A finales del 2012 hicimos un concurso de generación privada, donde adjudicamos 100 MW de viento y 30 MW de hidro. El 21 de abril recibimos ofertas por 40 MW eólico y 30 MW de hidro.
¿Está de acuerdo en quitar o subir el tope de participación (ahora es del 15%) de los privados?
Esa es una decisión de los políticos de la Asamblea Legislativa.
Claro, ¿pero está de acuerdo?
Lo que digo es que ya hemos incorporado la generación privada que estamos necesitando. En el plan, hemos determinado que esa es la que se requiere y está dentro del porcentaje actual. Más generación privada tiene que ser si es económico incorporarlo y si conviene.
Para bajar el costo de la luz, los industriales piden abrir el monopolio del sector y, que así, el ICE deje de tener tanto control.
Ese es un tema que ha estado en debate en el país desde hace 20 años y que no se ha resuelto y que, diay, el sector político tendrá que resolver. Yo soy un técnico. Es importante que usted vea experiencias de otros países donde han abierto los mercados. Eso le va a enseñar.
¿Han considerado descartar y buscar planes alternativos al proyecto hidroeléctrico El Diquís (en la zona sur del país)?
La idea ahora es seguir como estamos, con muchos proyectos pequeños, que no sabemos si van a alcanzar y la generación fósil, como tenemos ahora.
El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) reclamó, en abril, que no percibía avances en tres años y $129 millones gastados. ¿Cuánto más le darán a El Diquís?
En esta administración hay que resolver si se hace o no se hace . La etapa de diseño básico ya está concluida y ahora estamos haciendo el estudio de impacto ambiental, pero falta la viabilidad social.
En el país se prefiere no apostarle tanto a la caída de las lluvias, sino diversificar las fuentes de generación.
Encontramos que lo más económico y adecuado es la línea que lleva El Diquís. La ruta de expansión, que incluye ese proyecto, nos parece muy adecuada, porque incorpora una fuente con un embalse importante, que va a permitir regular mejor los problemas del clima. No es a filo de agua; si llueve mucho, lo guarda. Si el país no lo hace, lo va a perder para siempre.
¿Avanza la discusión con respecto a incorporar el gas natural?
El que haríamos es el gas natural licuado. Su desarrollo es intensivo en capital, hay que hacer perforaciones, llevarlo por tuberías a un puerto cerca del mar, donde lo licuan a menos 160 ° C. Es un proceso muy costoso, que se hace a gran escala. Esa gente que vende el gas quiere que le compremos a largo plazo, para pagar las altas inversiones. En el ICE, lo hemos estamos analizando.
¿Qué responde a las críticas al plan de expansión del ICE de que no incluye fuentes alternativas?
Ese plan es un balance económico de oferta que satisface la demanda. Para hacerlo, se usan las fuentes de las que dispone el país, con sus costos. La primera ruta tiene a El Diquís como el fuerte, pero hay proyectos renovables como hidro, eólico, solar o biomasa.
Usted dijo que no dependerán del mercado eléctrico regional (MER), sino hasta que este madure. ¿Qué implica madurar? Teófilo de la Torre (exjerarca del ICE) se comprometió a aumentar las compras este año.
En el MER uno puede hacer importaciones firmes o de ocasión. Lo que no haremos es hacer depender la seguridad energética de una planta que no está aquí (en el país).
¿Pero se importará si los precios son más bajos?
Nuestro mercado está diseñado para no depender de esa manera, pero todos los países llegan a tener sobrantes y, si nos ofrecen precios más bajos, pues importamos.
¿Y lo están haciendo en lugar de usar la planta térmica Moín, por ejemplo? Aresep dice que no.
Ah, claro, este año lo estamos haciendo extensivamente y, para eso, vamos a usar mucho el MER. Pero la otra etapa de hacer energía firme –de que un país decida hacer una planta en otro país para autoabastecerse– requiere de madurez.
¿Debe el ICE involucrarse más? Ser activo, exportar excedentes...
En algunas épocas del año genera excedentes, exportamos, pero ahorita estamos en una época muy seca.
¿Apoya la transformación de las normativas del sector de energía?
Sí, lo vemos bien. Vamos a apoyar al Minae en todo lo que sea necesario en las normativas para eficiencia.
El presidente de la República dijo que revisaría finanzas y costos del ICE para bajar la factura de la luz. ¿Qué hay que recortar?
Como le dije, el ICE sí va a hacer una revisión integral y eso lo está tomando en cuenta en la propuesta que le ha hecho al presidente, a la cual no me voy a referir.