La quema de búnker y diésel es culpable de más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector eléctrico, pese a que solo genera 8% de la energía del país.
Además de ser la técnica de generación más costosa, la combustión de hidrocarburos de la generación térmica contamina la capa atmosférica mucho más que cualquier otra fuente.
Los proyectos hidroeléctricos, por ejemplo, producen el 72% de la energía, pero solo aportan el 16% de emisiones. La proporción en el caso de la geotermia es de 14% de energía y 11% de emisiones.
Las plantas eólicas aportan el 5% al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) sin emitir gases
Los datos los reveló el informe del Estado de la Nación sobre los gases de efecto invernadero (GEI) que emite el SEN.
Esos cálculos, sin embargo, corresponden a cifras del año 2012 y los porcentajes de aporte, por fuente energética, han variado significativamente.
Entre 2012 y 2014, la generación eólica cayó en un 7% (38 GWh –gigavatios hora–), mientras que la producción hídrica decreció un 6% (384 GWh) por escasez de lluvias. Ese déficit fue sustituido con térmica –subió 19%– y el alza de un 470% en importaciones de energía del mercado centroamericano.
La caída en hídrica y eólica, aunada al alza del 1% (107 GWh) de la demanda energética, llevaron al país a carecer de 529 GWh. De estos, el 40% se cubrió con térmica, el 34% con importaciones y el 26% con geotermia.
El primer trimestre del 2014 superó el récord histórico en uso de térmicas.
La escasez de lluvias y el cambio climático llevaron al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) a quemar 124 millones de litros de combustible: 26% más que en el primer trimestre del 2013.
Con ello, se aportó un 23% más de energía y se desembolsó un 22% adicional: ¢54.148 millones.
Según el Estado de la Nación, entre el 2012 y el 2013, la demanda eléctrica nacional subió un 0,9%, con lo cual se mantuvo la tendencia a la baja del último quinquenio. Antes del 2007 crecía cerca de un 5% anual, según el Instituto.
El sector que más aumentó su demanda fue el industrial, el residencial, en cambio, vivió una tendencia decreciente.
Alerta. El ICE es dueño de ocho plantas térmicas, cuatro de las cuales son consideradas por el Minae y la Aresep como costosas e ineficientes: Barranca, Moín Gas, Moín III y San Antonio.
Édgar Gutiérrez, ministro de Ambiente y Energía, dijo que esos proyectos deben operar como última opción, por ser excesivamente contaminantes.
“No hay fuente más eficiente que la térmica, pues genera energía apenas se enciende la máquina. El problema es la inmensidad de gases que genera y lo dañina que es para el ambiente. Más búnker, más diésel y más toneladas de carbono a la atmósfera”, dijo.
Mientras el presidente del ICE, Carlos Obregón, insiste en que son solo de respaldo.
Juan Quesada, intendente de Energía de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), reitera la urgencia de reducir más su utilización.
De acuerdo con Gutiérrez, el inventario de gases en el país cambió drásticamente desde el 2011, debido al impacto de el fenómeno El Niño.
Para mitigarlo, Minae exige reducir las plantas térmicas y ampliar la participación de energías geotérmica, eólica, biomásica y solar.
Compensar. El sector transporte es el mayor generador de emisiones y es el principal enemigo de la meta de la carbono neutralidad, que se fijó el Estado para el 2021.
Para alcanzarla, las emisiones de carbono deben ser compensadas con preservación ambiental y la recuperación de bosques, manglares y mares, por ejemplo.
¿Se logrará esta meta? El progreso es incierto, según el Estado de la Nación y el mismo jerarca del Minae, pues el único estudio del tema resulta insuficiente.
El ministro aún no le apuesta a la meta del 2021: en 15 días publicaría un nuevo inventario de GEI –con datos del 2010– y, desde entonces, trabajaría en elaborar una política que, a partir de simulaciones, fije metas y acciones para reducir las emisiones por sector. El plan saldría a la luz en el primer semestre del 2015.