El 15 de julio del 2011, cuando la Organización Panamericana de la Salud (OPS) confirmó la crisis financiera y gestión de la CCSS, los pronósticos eran conservadores y hasta lapidarios.
Ese día, Ileana Balmaceda, presidenta de la Caja, dijo que “el ‘paciente’ fue diagnosticado (sic) a tiempo”.
Ayer, 19 meses después del uso de aquella analogía, Balmaceda se volvió a referir al “paciente”, diciendo que, si bien estuvo “demacrado”, ahora, gracias a la aplicación de “algunas medicinas amargas y criticadas por algunos”, ya había logrado sobrevivir.
En términos financieros, Balmaceda indicó que, durante el 2012, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) logró una contención del gasto por alrededor de ¢17.000 millones, lo cual sirvió para iniciar el 2013 “con cierta tranquilidad”.
Entre los rubros que se controlaron mejor, estuvo la disminución del pago de incapacidades, especialmente por la reforma al reglamento y la mejora en las medidas de control.
En ese sentido, en el 2012 se pagó un 8% menos en licencias por enfermedad, lo que en números absolutos significó un ahorro de ¢2.832 millones.
Otras medidas menores, como el cambio en la logística del traslado de pacientes desde la región Chorotega a alguno de los hospitales nacionales –antes se utilizaban ambulancias y ahora, en muchos casos, un microbús– , generaron un ahorro de ¢827 millones.
“La reducción del pago de horas extras fue de ¢9.300 millones y los servicios siguieron”, sostuvo Balmaceda.