Las complicaciones para finiquitar el financiamiento global para la planta Reventazón han obligado al ICE a recurrir a créditos cortos para continuar con las obras.
Teófilo de la Torre, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), reconoció que no ha sido fácil completar el paquete crediticio para la obra, estimada en $1.400 millones.
Esta hidroeléctrica de 305 megavatios (MW) de capacidad instalada se construye en Siquirres.
La estructuración del financiamiento está a cargo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que, además, aportará una parte del capital requerido.
En un principio, el Instituto había anunciado que el préstamo quedaría finiquitado este año, pero ahora prevé que será hasta enero o febrero del 2013. Las aprobaciones del BID y del Banco Mundial se darían a finales del mes entrante y en los siguientes tres meses, se haría la colocación en la banca privada.
Recursos. Mientras, el ICE financia la obra con dinero propio que complementa con créditos alternos, algunos de carácter temporal o puente, que serán reembolsados cuando firme el préstamo global.
Por ejemplo, el mes entrante recibirá un crédito por $250 millones del BID para invertir en energía. De ese monto, $100 millones irán al proyecto Reventazón.
“El paquete (préstamo) lo queremos y lo necesitamos porque es el de mejores condiciones financieras en plazo y en tasas de interés, pero no ha sido fácil completar ese paquete”, respondió De la Torre al consultarle sobre si no les resulta muy caro tomar préstamos cortos.
El jerarca negó que las trabas obedezcan a desconfianza de los entes financieros. Más bien, las atribuyó al “ajuste de la letra menuda” y al montón de contratos de arrendamiento y constitución de garantías, entre otros.
“Esto tiene que pasar por tantas manos del ICE y del BID que es lo que ha provocado que se lleve más tiempo de lo que ellos y nosotros habíamos previsto”, reconoció.
Cara y con atraso. A esto se une otra complicación. El temporal de finales de julio destruyó varias obras del proyecto, lo cual aumentará, según el ICE, en unos $10,5 millones su costo y retrasará la entrada en operación en seis meses.
Es decir, no estará lista en el verano de 2016 como se pretendía, sino avanzado el invierno de ese año.
Para Mario Alvarado, director ejecutivo de la Asociación Costarricense de Productores de Energía (Acope), el panorama no es tan halagador como lo ve el ICE.
En su criterio, las obras se encarecerán más de lo estimado, por las primas de seguros y el rediseño que tendrá que hacerse de algunas obras, como el sitio de presa y de la casa de máquinas, para protegerlas ante otra crecida del río.
“Las primas de riesgo en un sitio donde está demostrada la siniestralidad, van a costar más caras”, aseguró Alvarado.
Tampoco cree que el atraso se limite a solo seis meses, pues ahora deberán repetirse maniobras tan importantes, como el desvío del río Reventazón .