La parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en Cartago, será testigo del matrimonio de 16 parejas que se mantenían en unión libre o se habían casado por vía civil.
La ceremonia se enmarca dentro del nuevo programa de “Acompañamiento Pastoral”, que impulsa el sacerdote Ronny Solano, director arquidiocesano de la Pastoral Familiar Nacional.
“Estamos haciendo una campaña para que se haga una catequesis de lo que significa el matrimonio y el reencuentro con la fe en casos de parejas en unión libre o que solo se habían casado por lo civil”, expresó monseñor José Francisco Ulloa.
Los contrayentes recibieron el curso prematrimonial de dos meses por parte del párroco Jorge Eddy Solórzano y la misa será oficiada el sábado 29 de junio por el obispo Ulloa. “Tengo 25 años de convivir en unión civil con Carmen Leitón, pero no habíamos podido casarnos por la Iglesia. Ahora hemos decidido vivir plenamente nuestra unión con Dios”, narró José Montero.
La Iglesia católica determina que las uniones libres, los matrimonios a prueba, las uniones civiles y los divorcios implican situaciones irregulares que limitan la participación activa de la fe.
“Esta campaña que estamos haciendo es fruto del año de la fe y es una oportunidad para que los matrimonios que están en situaciones irregulares reciban una adecuada catequesis y regulen su relación con la Iglesia”, explicó Ulloa.
De acuerdo con el obispo, es la primera vez que se llevará a cabo una boda masiva o comunitaria en la provincia de Cartago. En el año 2000 hubo una boda comunitaria con 40 parejas en Guápiles.
“Las parejas han recibido todo un proceso de formación durante estos dos meses. Muchas veces les parece un requisito, pero una vez que entran en el proceso, comprenden la importancia y lo enriquecedora que es la catequesis”, dijo el obispo de Cartago.
“Cuando mis hijos estaban chiquillos, nos preguntaban por qué no comulgábamos en misa. Ahí uno los podía distraer de la pregunta. Ahora están muy felices con que nos casemos como Dios manda”, sentenció Montero.
Sin anillo. De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), en el 2012 , 144.684 personas se divorciaron.
Monseñor Ulloa indicó que en el contexto actual, los matrimonios enfrentan crisis de valores que los lleva al divorcio ante la falta de compromiso.
“El matrimonio se encuentra en una crisis de valores porque no hay propósito de comprometerse para toda la vida”.
”Se vive más el momento. Es una cultura de lo desechable. Hay corrientes que llevan a los jóvenes a vivir las relaciones de noviazgo y matrimoniales más superficialmente”, concluyó Ulloa.