El ICE abrió espacio para comprar 140 MW y se ofertaron más de 360 MW. ¿Cómo se explica esta sobreoferta?
Yo no podría decir que existe una especie de sobreoferta, porque dentro de las condiciones en que se estructuró este concurso, se daba el espacio para que el universo posible fuera, al menos, el doble del bloque por adjudicar.
Pero sí muy competitivo.
El proceso es competitivo porque la forma en que se reestructura va en ese rumbo. Vemos una participación nutrida porque teníamos más de 10 años de no tener ese espacio.
”En segundo lugar, los inversionistas tienen interés en hacer desarrollos de energía renovable en Costa Rica y, además, el mejor negocio que puede hacer el ICE es comprarles energía a las empresas privadas. Estas tienen precios competitivos, plazos razonables”.
¿Puede ser más barata que la del propio ICE?
Sí, desde el punto de vista de los costos constructivos del ICE esa es una afirmación correcta.
”¿Cuánto cuestan algunos proyectos del ICE a partir de los costos? Un análisis que hice a partir del proyecto Pirrís –con base en datos presentados por el ICE a la Aresep en la solicitud tarifaria– me dan un costo entre $0,21 y $0,22 por kilovatio para Pirrís. Mientras, las bandas para generación privada están entre $0,08 y $0,12 por kWh”.
¿La tramitología engorrosa que ustedes alegaban fue superada?
No, para nada. La tramitología existe como siempre: una tramitología larga, complicada, engorrosa.
”En octubre, cuando se haga la apertura de sobres económicos y se defina la secuencia de proyectos seleccionados, se firma la carta de compromiso y garantía de participación. Esta establece un año de plazo para cumplir con todos los requisitos y estar a tiempo de firmar el contrato. Creo que ese año no les va a alcanzar porque son muchos requisitos.
”Esto incluye requerimientos ambientales, municipales y financiamiento, entre otros”.
¿Queda espacio todavía para la generación privada?
Sí, entre 60 MW y 70 MW. Creo que el Instituto estará interesado en ver cómo arrima la mayor cantidad de energía privada para enfrentar esta serie de atrasos en otros proyectos propios como el caso de Reventazón.