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La CCSS negó que permite el vencimiento de medicamentos, pero señala que los fármacos en desuso se deben a la “dinámica de prescripción que se produce en todos los sistemas hospitalarios del mundo”, según dijo el gerente Ubaldo Carillo.
El alegato se dio por una información de este diario de que la Caja lleva tres meses incinerando 880 toneladas de medicinas expiradas, valoradas en, al menos, ¢740 millones. La Caja ya quemó 830 toneladas.
Carrillo justificó que, “como parte de una acción de limpieza institucional, está en trámite la incineración de 200 toneladas de medicamentos (...) por diversos motivos relacionados con esta dinámica”. No obstante, el contrato para la destrucción de medicinas especifica que son 830 toneladas.
Según Carrillo, en “los últimos siete años la institución ha invertido ¢418.682 millones en la compra de fármacos, por lo que, al relacionar el monto de vencimientos referidos en La Nación , apenas representa un 0,17%”.