El Ministerio de Salud anunció que no podrá hacer la fiscalización de las sodas escolares sino hasta el segundo semestre de este año.
Para entonces, espera tener el programa de inspección y una estrategia para promover hábitos sanos de alimentación en los niños.
Olga Barrantes, de la Unidad de Planificación Estratégica de Salud, afirmó que trabajan en un plan con todos los sectores involucrados en la alimentación y la nutrición de los estudiantes de primaria.
“No hacemos nada con tratar de vender alimentos saludables en las sodas si los alumnos llevan una merienda con comidas no saludables. Tenemos que educar a las familias y también a los niños y a los adolescentes”, afirmó.
El Reglamento para el Funcionamiento y Administración del Servicio de Soda en los Centros Educativos Públicos entró en vigor en febrero del 2012, con la pretensión de asegurar la venta de comidas saludables en esas instituciones.
Fue una medida para atacar el sobrepeso, que afecta al 10% de los niños entre 1 y 12 años, y al 14,7% de los adolescentes.
La normativa prohibió frituras y puso límites a las cantidades de azúcar y grasas, entre otras especificaciones.
El problema es que desde su entrada en vigor, el Ministerio de Salud no ha realizado supervisiones por falta de personal, según declaraciones dadas en octubre del 2014 por la ministra, María Elena López.
El plan que ahora impulsa Salud involucraría, además de padres y maestros, a las municipalidades, para evitar que las pulperías y sodas ubicadas en las afueras de los centros educativos vendan a los niños alimentos no saludables.
También incluiría a representantes de la industria alimentaria para fomentar la elaboración de productos nutritivos, explicó Olga Barrantes.
Por su parte, en el Ministerio de Educación Pública se dijo que la vigilancia de las sodas no es materia que les competa.