Entre el 2005 y 2010, el ritmo de crecimiento de la planilla de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) fue de cinco nuevos empleados por día.
Dentro de ese periodo, el 2008 fue el año en el que la institución abrió más plazas: 2.771, para un promedio de 7,5 nuevos puestos de trabajo cada 24 horas.
Ese desenfrenado aumento de la planilla tuvo una parada en seco desde que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió un informe sobre la crisis de la Caja en el que apuntaba que la entidad debía frenar esa tendencia si quería sobrevivir.
Así sucedió y desde el 2010 hasta la fecha,bajó el ritmo de crecimiento del recurso humano. La Caja pasó de crear 2.771 plazas en el 2008, a 410 puestos nuevos en el 2012.
Gustavo Picado, gerente financiero de la entidad, explicó el cambio así: “Ahora hay una política de generación de nuevas plazas selectivas y con enfoque hacia prioridades de alto impacto”.
De hecho, las plazas que más se abren ahora son de profesionales en ciencias médicas, por encima de las administrativas. En lo que va de este año, se han creado 404 puestos de trabajo, de los cuales 274 fueron para personal en salud y solo 15 para las otras áreas.
El paulatino ordenamiento de las finanzas también ha permitido dar más recursos a importantes partidas, como la de mantenimiento de infraestructura.
Mientras en el 2010 –momento cumbre de la crisis– la institución destinó ¢10.537 millones para arreglar sus edificios, este año ya lleva invertidos ¢26.245 millones.
Aun así, la entidad tiene pendiente atender más del 70% de su infraestructura, la cual se encuentra en estado de regular a malo , según sus propios informes.
De acuerdo con estimaciones de la entidad, poner a punto todas las edificaciones actuales tendría un costo de $1.500 millones.
Más programación. Aunque todavía hay temas pendientes respecto a la crisis, como el análisis de los pluses salariales a sus empleados, la Caja ha ido ordenando la casa.
Un claro ejemplo de eso son las reservas de compromisos, como el pago de aguinaldos.
A junio de este año, la institución ya tenía reservado el 100% del dinero para el decimotercer pago, algo que no pasó en años anteriores, como en el 2011, cuando al mes de junio solo tenía el 7% del dinero.
Ese último año fue necesario que el Estado realizara pagos extraordinarios de deuda atrasada para que la Caja lograra la liquidez requerida para garantizar el aguilando a los 50.000 funcionarios.