El equipo interventor del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia tiene entre sus prioridades identificar las necesidades de infraestructura, personal y equipo de este centro.
El resultado de ese diagnóstico será parte de un plan correctivo con acciones inmediatas, y servirá de insumo para el plan general de mejoramiento de la gestión, que se le presentará a la Junta Directiva de la Caja en noviembre próximo.
Dicho plan incluirá una revisión de la capacidad de respuesta de la red que encabeza el Calderón, formada, entre otros, por el Hospital Tony Facio, de Limón, y el Hospital de Guápiles, en Pococí.
El director de la intervención, Eduardo López Cárdenas, informó de que, además, se trabaja en la depuración de las listas de espera y en la revisión de todos los procesos.
La gerente-médica de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), María Eugenia Villalta, aclaró que la función de este equipo interventor no es buscar responsables por las fallas pasadas.
“Se les solicitó un plan de acción para atender las debilidades en gestión con la idea de mejorar la gestión integral de todos los servicios, de forma tal que se puedan articular para que lleguen los servicios a los pacientes”, dijo la gerente.
El Hospital Calderón fue intervenido el mes pasado por orden de la Junta Directiva de la Caja. La medida se basó en informes de auditoría que encontraron fallas sustanciales en su funcionamiento.
Este hospital es responsable de la atención en salud de 1,5 millones de personas.
Producción. Eduardo López Cárdenas destacó que el centro médico, a pesar de las limitaciones que tiene luego del incendio del 2005 , mantiene una producción alta.
Resaltó la existencia de programas de avanzada en la parte médica, entre ellos, el de trasplante de órganos.
Según explicó, como parte de la intervención se creó una comisión para definir las necesidades de equipos, pues la finalidad es hacer un programa para sustituir los aparatos viejos o dañados para los próximos cinco años.
En su primer mes de trabajo, los interventores consiguieron tres equipos tipo Arco en C –dos de ellos prestados mientras se hace la compra–, que permitirán realizar procedimientos en áreas como cardiología, neurología y ortopedia.
“El plan es muy complejo y tiene que hacerse por etapas. Hay cosas que se deben corregir de inmediato. Por eso, los planes de mejoramiento nunca se hacen para plazos menores a cinco años”, dijo López.
El médico aclaró que el grupo interventor “no corregirá todo”: “Corrige lo prioritario para sanear el hospital. Queremos que el Calderón funcione al ciento por ciento”.
En esa tarea, pasarán por revisión los procesos de compra y de manejo de presupuesto, y las áreas de mantenimiento y de recursos humanos.
El Calderón, según López, tiene registrados unos 20.000 activos en total, contando equipo médico de diferente nivel de complejidad.
Por esas y otras razones, los interventores consideran titánica la tarea encomendada por las autoridades institucionales.
“Estoy aquí porque vale la pena. Este es un hospital de vanguardia que ha venido dando atención de calidad a pesar de todas las dificultades”, aseguró.
El director de la intervención llevaba apenas unas semanas de pensionado cuando las autoridades de la Caja le solicitaron encabezar este proceso de intervención.