Lindsay Muñoz es vendedora ambulante en la urbanización Juanito Mora, en Puntarenas. Además, padece de asma.
Los ataques respiratorios la convierten en una visitante asidua del Servicio de Urgencias del Hospital Monseñor Sanabria, en esa provincia.
Ahí se encontraba la mañana del 7 de abril. Estaba sentada en una sala a resguardo del sol y con aire acondicionado. Esperaba la llamada del médico.
“La diferencia es abismal”, comentó, refiriéndose al antiguo servicio, el cual ella también visitó muchas veces.
“Ya le dije al doctor que aquí me puedo morir de lo más rico, porque en el otro pasaba agobiada por el calor y los puños de gente”, agregó.
Los 300 enfermos que en promedio acuden diariamente a Urgencias del Hospital Monseñor Sanabria, han notado, como Lindsay, la diferencia entre el viejo y el nuevo servicio.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) invirtió ahí ¢1.275 millones, no solo para la construcción de un edificio de emergencias nuevo, sino para el desarrollo de un sistema de atención de pacientes, donde se prioriza el estado de salud sobre la hora de llegada.
“Antes, todos esperaban parejo. Lo mismo un paciente con síntomas de infarto que uno con gripe”, explicó Christian Pérez, médico de Emergencias.
El director del Monseñor Sanabria, Rándall Álvarez Juárez, reconoce que el área de Urgencias es uno de los servicios en los que se está apoyando el hospital, luego del terremoto del 2012.
En total, a la fecha se han invertido $7,4 millones en obras, para dejar en condiciones óptimas 17.000 metros cuadrados de edificaciones.
“Estamos claros de que esto es una medida paliativa. La solución definitiva será el nuevo hospital”, mencionó Álvarez, en alusión a la obra que ya está en etapa de diseño y que costará $125 millones. El Monseñor Sanabria está a cargo de una población cercana al medio millón de personas.
Avances. El sismo de Nicoya, del 5 de setiembre del 2012 , dejó este centro médico regional con la capacidad de atención reducida a menos de la mitad.
En estos momentos, la rehabilitación del centro médico tiene un avance de entre un 70% y un 80%, anunciaron las autoridades de la Caja, en marzo .
El hospital tiene 216 camas, casi un centenar menos de las que poseía antes del sismo.
Las áreas de Hospitalización y de Consulta Externa, aunque todavía con la capacidad disminuida, están ciento por ciento rehabilitadas.
Falta concluir el acondicionamiento de los tres pisos que quedaron en pie de la antigua torre , donde estarán los servicios de Pediatría y Maternidad.
De todas las áreas, la que más “cariño” ha recibido ha sido Emergencias.
Esta es una zona adaptada, incluso, para la atención de embarazadas en riesgo, quienes están separadas de los otros pacientes.
Ahí funciona una Unidad de Emergencia Ginecoobstétrica, con un baño acondicionado para la atención de un parto.
El sistema de clasificación de pacientes utilizado en este nuevo servicio se conoce como CTAS.
Prioriza a los enfermos de 1 a 4, según su nivel de gravedad: desde uno con insuficiencia respiratoria aguda que requiere atención inmediata, hasta otro con un trauma leve que podría ser visto en la siguiente hora.
El Monseñor Sanabria también está aplicando otros sistemas de atención distintos para desahogar los servicios, como el que da a los reos de la cárcel de Puntarenas.