Francisco Fallas y Maureen Solano están casados desde hace 12 años y desde entonces han intentado ser padres.
Pero un problema testicular en él y un mioma –tumor benigno– en el útero de ella impiden que esta pareja de puntarenenses pueda concebir.
Ellos cifraban sus esperanzas en la aprobación del proyecto de ley que les permitiera realizarse la fecundación in vitro (FIV).
“Mi esposa ya tiene 37 años, necesitamos la FIV pronto; su ciclo biológico se está acabando. Dichosos los que pueden tener hijos y decidir cuando tenerlos, pero, ¿y nosotros?”, cuestionó Fallas.
Han probado sin éxito hacerse tratamientos hormonales y reclaman que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no les ha dado la atención que necesitan.
Para este oficial de seguridad privada y esta auxiliar de contabilidad, la única esperanza de tener un hijo está en la técnica in vitro .
“Cuando se dio el fallo de la Corte (Interamericana) renació la esperanza que ya teníamos perdida, hasta ayer mantenía mis esperanzas, pero al ver la actitud de los diputados, se me vino todo abajo. Solo se levantaron y se fueron”, comentó Solano.
“Fuimos nosotros los que los pusimos ahí para dar la cara y lo que hicieron fue esconderla. Ellos no nos representan a nosotros, representan a la gente que sí tiene la plata para salir del país a tratar su infertilidad”, añadió.
En lucha. Esta pareja asegura que seguirá luchando para cumplir su sueño: un embarazo.
“Mi ilusión es ganarme la lotería y pagarme el tratamiento y tener un hijo. Hace unos años estuvimos cotizando e ir a Panamá solo a hacerse las pruebas salía entre $4.000 y $5.000 (de ¢2 millones a ¢2, 5 millones). Ahorita no podemos pagarlo”, aseveró Fallas.
Para Solano, la situación la ha perjudicado en otros planos, pues ha tenido depresión.
“Desde ayer parezco Magdalena de todo lo que he llorado. Me siento como limosnera pidiéndoles a los diputados que me ayuden a tener un hijo. Hay gente que me dice que adopte, pero es gente que sí pudo tener hijos, ¿ellos saben todas las trabas que se ponen para adoptar?”, reclamó la mujer.
Estos puntarenenses afirman que seguirán de cerca el proceso y harán lo que sea necesario para que esto sea realidad en el país.
“Si al final no se puede, lo aceptaré, pero que no se diga que no luché”, concluyó Solano.