El cementerio de Desamparados en San José no era el mismo este viernes. Peones y familiares de fallecidos unieron esfuerzos para que los nichos luzcan como nuevos mañana, Día de los Fieles Difuntos.
El trabajo no es simple y tampoco barato. Para lograrlo, hay quienes invierten hasta ¢300.000 en el mantenimiento de las sepulturas.
Solo lavar una tumba de dos bóvedas cuesta entre ¢4.000 y ¢20.000, y por ponerle cerámica serán ¢80.000 más, sin incluir materiales.
Manuel Ávalos, quien se dedica a realizar mantenimiento en ese camposanto, comentó que en estas fechas las solicitudes de pintura y lavado se incrementan debido a que poca gente invierte su tiempo en hacerlo por ellos mismos.
En el cementerio de Tibás, el peón Germán Zamora comentó que los vecinos dejan para última hora los arreglos, lo que incide en el costo de las obras.
“Me están pagando como ¢300.000 por el mantenimiento de esta tumba (ocho espacios). Pero si estuviera en otro cementerio saldría más caro. Aquí no hay, pero en el Obrero habría que sumar la pulida de los ángeles a una bóveda como esta, serían ¢100.000 más”, resaltó el obrero.
Para pintar hay que hacer un depósito a la administración del camposanto y, de ser necesario, tramitar un permiso de construcción en la municipalidad respectiva.
Adicional a las mejoras en los nichos, los arreglos florales son muy buscados para esta fecha.
En esta ocasión se pueden encontrar arreglos de flores primaverales a precios que están entre ¢10.000 y ¢32.000; los ramos de rosas van de ¢13.000 en adelante, y los de heliconias rondan los ¢2.000.
Marco Antonio Díaz, propietario de la floristería Plaza Víquez, comentó que la demanda crece un 25% en esta fecha.
José Francisco Arias Salguero, sacerdote de la basílica de los Ángeles, explicó que los 2 de noviembre la Iglesia católica conmemora la “muerte y paso a una vida de fe”.