El Incofer y ICE están en una encrucijada: deben hallar opciones para salvar cerca de ocho kilómetros de vías férreas que inundará el embalse de la planta hidroeléctrica Reventazón, en Siquirres.
Ese tramo del tren entre Limón y Turrialba es histórico: fue construido por el magnate estadounidense Minor Cooper Keith entre los años 1879 y 1881 a lo largo de la margen del río Reventazón.
Pero, para poder poner a operar la hidroeléctrica, el paso, que fue cedido por ley al ferrocarril (derecho de vía), será inundado antes del 2016.
En el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) tienen claro algo: no pueden permitir que se pierda ese derecho de vía, pese a que el trayecto está en abandono desde hace años, tras el cierre del tren regular en 1995.
Miguel Carabaguíaz, presidente del Incofer, advirtió que defenderá esa zona de paso del tren.
“Comprendemos la importancia del proyecto para el ICE, pero también debemos entender la importancia de los derechos de vía para activar el transporte de carga en el Caribe. Para que eso se pueda dar, debe mantenerse una ruta”, explicó.
La opción más viable, agregó, es trazar otra ruta, lejos del embalse, para unir a Siquirres con Turrialba, tal y como está hoy.
El trayecto propuesto comenzaría en el poblado de Casorla, distrito La Florida de Siquirres, y llegaría hasta Las Juntas, muy cerca del centro de Siquirres. Ese tramo superará los 10 kilómetros.
Ese posible cambio de camino obligará a expropiar decenas de terrenos para darlos al Incofer, tarea que le corresponderá al ICE.
Entre tanto, el ICE está a la espera de que la entidad ferroviaria defina la ruta alterna para luego contratar un consultor internacional que revise la viabilidad.
Nada fácil. Según cálculos del Incofer, se deben construir dos pasos subterráneos y comprar decenas de terrenos privados para conectar de nuevo al tren entre Siquirres y Turrialba.
Elberth Durán, vocero del ICE, explicó que si fuese necesaria la construcción de túneles, ambas instituciones deberán definir quién es responsable de qué.
De igual manera, dijo que las dos entidades firmaron un Convenio Marco de Cooperación Interinstitucional para resolver el lío; todo debe estar definido antes de que se acerque el llenado del embalse.
La planta hidroeléctrica Reventazón debe estar lista en el primer semestre del 2016. Hoy lleva un avance en construcción del 44%.
Esa planta tendrá 305 megavatios (MW) de capacidad instalada y costará $1.400 millones.
El presidente ejecutivo de Incofer sostuvo que el ICE debe asumir la responsabilidad para que se concrete el nuevo paso del tren, a saber, compra de terrenos y si es necesario, la construcción de los túneles y la misma vía.
“En un principio estamos planteando que sea el ICE el que compre los terrenos y los habilite para el tren, además de la construcción de la vía con todos sus elementos. Eso último es lo que estamos negociando”, explicó Carabaguíaz.
Ni el ICE ni el Incofer saben en este momento cuánto podría costar el traslado de la ruta entre compra de terrenos, movimientos de tierra, rieles y durmientes.
Hoy, un kilómetro de vía de tren ocupa 1.600 durmientes, a un costo de $100 cada uno, así como 240 rieles, que se venden a $800 la tonelada. Para ese tramo se ocuparían cerca de 1.200 toneladas.