La calificación de la ciudadanía sobre la labor de la presidenta Laura Chinchilla se desplomó justo antes de que ella cumpla su segundo año de gobierno.
Hoy, las opiniones desfavorables sobre el trabajo de la mandataria casi triplican a las favorables: un 44% califica de “mala o muy mala” su gestión, mientras que solo un 17% la considera “buena o muy buena”.
Esta es la nota más baja que Chinchilla ha obtenido en lo que va de su gestión.
Así lo reveló el más reciente Estudio Nacional de Opinión Pública, elaborado por la empresa Unimer a solicitud de
La encuesta se realizó entre el 9 y el 17 de abril pasados a 1.200 personas en todo el territorio nacional, mediante entrevistas en sus casas de habitación.
El estudio tiene un margen de error de 2,8 puntos porcentuales y un nivel de confianza del 95%.
Además de castigar con dureza la labor de la presidenta, 9 de cada 10 costarricenses opinan que ella no controla el Gobierno, al tiempo que 7 de cada 10 no le reconocen logros importantes.
En ese período, Chinchilla enfrentó tropiezos como el fracaso del plan fiscal y cuatro cambios en el gabinete, entre ellos la salida de Fernando Herrero, exministro de Hacienda.
Herrero renunció al revelarse que una empresa fundada por él y su esposa, la exasesora presidencial Flor Isabel Rodríguez, al parecer omitió ingresos por ¢50 millones al declarar impuestos.
Las opiniones negativas muestran una tendencia creciente desde octubre del 2010. En ese momento, con seis meses de gobernar, la jefa de Estado alcanzó su mejor nota, con un 40% de aprobación y solo un 9% de rechazo.
Desde entonces, sus calificaciones cayeron en picada al grado de que hoy las cifras se invirtieron.
En los últimos 20 años, los únicos presidentes que han sufrido un nivel de desaprobación similar o mayor al de Chinchilla fueron José María Figueres Olsen (1994-1998) y Abel Pacheco (2002-2006). Figueres alcanzó un 57% de opiniones negativas y Pacheco, un 54%.
Ese es un indicador que Unimer confecciona desde el 2003, el cual se compone de cinco variables: las opiniones ciudadanas sobre trabajo del gabinete, eficiencia en el gasto, resolución de problemas, corrupción y para quién se gobierna.
Entre enero y abril, el índice se redujo en un 20%. En escala de 0 a 5, bajó de 1,29 a 1,03.
Antes de esta encuesta, el índice más bajo lo obtuvo Abel Pacheco en el 2005, con un 1,27.
Cuando Chinchilla empezó a gobernar, la medición fue de 2,41, uno de los más altos de los últimos años.
¿Qué ingredientes influyeron para que el índice cayera tanto? Casi todos, pero con mayor impacto la percepción de corrupción, pues el porcentaje de personas que consideran que los funcionarios son corruptos creció de un 40% a un 60%.
A su vez, las opiniones negativas sobre la labor de los ministros subieron de un 46% a un 54% y quienes piensan que el actual Gobierno maneja muy ineficientemente el gasto público pasaron en tres meses de un 30% a un 37%.
Y como si fuera poco, también se redujo la cantidad de personas que consideran que el Ejecutivo sabe cómo resolver los problemas, pero que necesita tiempo. Estos pasaron de un 29% a un 22%.
Al contrario, subió de un 23% a un 28% el porcentaje que considera que, en definitiva, el Gobierno no sabe cómo resolver los problemas.
La única mejoría se produjo en el apartado de para quién se gobierna, pues bajó de un 88% a un 83% el grupo de ciudadanos que dice que solo para algunos sectores.