Mientras los partidos hacen números y ven qué hipotecan para financiar su campaña, la Sala IV revisa a paso lento la legalidad del más tradicional método para inyectar dinero a las justas electorales: los bonos de campaña.
Mientras los partidos hacen números y ven qué hipotecan para financiar su campaña, la Sala IV revisa a paso lento la legalidad del más tradicional método para inyectar dinero a las justas electorales: los bonos de campaña.
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