Este viernes quedó vacante el principal cargo de la Procuraduría General de la República con la salida de Ana Lorena Brenes, quien resultó una incomodidad mayúscula para el mandatario Luis Guillermo Solís.
A la procuradora se le venció su período de seis años luego de haber sido ratificada en octubre del 2010 con apoyo del gobierno de Laura Chinchilla.
Por ahora, la entidad está a cargo de la procuradora adjunta, Magda Inés Rojas.
Consultado por quién podría ocupar la plaza vacante, el ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro afirmó que “se están valorando nombres y el nombramiento se anunciará en el momento oportuno”.
Molestia. En enero del 2015, Brenes denunció que la Presidencia de la República le ofreció hasta cinco embajadas con tal de sacarla del cargo como abogada del Estado y asesora legal no vinculante de la Sala Constitucional, esto a través del ahora exviceministro de la Presidencia, Daniel Soley, quien luego renunció en medio escándalo.
En el 2014, Brenes ya había emitido un primer dictamen contrario al presidente Solís que versaba sobre el levantamiento del veto a una ley que concedía la calle josefina 13 bis a comerciantes artesanos.
Luego vino otro contra la permanencia del entonces ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez, debido su condición de obispo luterano (caso que la Sala Constitucional después falló a favor de Presidencia).
La Nación le consultó a Brenes este viernes si, con su salida, el Gobierno se quitaba una piedra incómoda del zapato.
“Eso mejor se lo pregunta al Gobierno”, respondió Brenes, quien desde la situación con Soley en el 2015 se quejó de un distanciamiento con Presidencia.
Este viernes también venció el período de nombramiento para Dennis Meléndez Howell, procurador de los Servicios Públicos. Ese cargo será asumido a partir del próximo lunes por el economista Roberto Jiménez Gómez.