“Voy a ayudar al piloto a aterrizar”, bromeó la presidenta Laura Chinchilla en el avión que la trasladaba de Roma a Madrid, ya en el viaje de retorno a Costa Rica tras una semana de estancia en Europa.
La mandataria atendió una invitación de los pilotos de Iberia de acompañarlos en cabina de la aeronave Airbus 321, donde permaneció durante unos 20 minutos, incluido el tiempo del aterrizaje.
Ahí acompañó al capitán Luis Gómez y a la copiloto Irma Tarradera.
Según Chinchilla, solo había tenido una oportunidad como esa en Colombia, aparte de los viajes en las avionetas del Ministerio de Seguridad Pública.
Ya en Madrid tomó el vuelo que la trajo a Costa Rica, donde arribó a las 3:15 p.m. de este sábado, inquieta por averiguar los resultados de la consulta de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) en Limón para la construcción del nuevo muelle en Moín por la compañía APM Terminals, la cual fue no se pudo completar.
También la esperan en el país la polémica por la urgencia de construir cárceles, tema sobre el cual ya dio instrucciones desde Europa.
Chinchilla se reunió durante su gira con el presidente francés François Hollande, acudió a foros en la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y ante el Consejo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Finalmente, este viernes acudió a una audiencia con el papa Francisco en ciudad del Vaticano.