El que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades para alcanzar una silla en la Asamblea Legislativa a partir del 1.° de mayo, está en manos de los dirigentes políticos, y nada más.
Los candidatos presidenciales y asambleístas de los partidos son los que tienen la obligación legal de asegurar que las oportunidades para ambos géneros sean las mismas, según los artículos 2 y 148 del nuevo Código Electoral.
Los artículos toman relevancia en vista de que la próxima elección será la primera en que se aplica esta norma, pues forman parte de las novedades de la ley electoral que se aprobó en el 2009.
Sin embargo, el antecedente no es el más alentador. En Costa Rica nunca se alcanzó el mínimo de representación femenina en las curules de cuesta de Moras exigida por el anterior Código, que era de un 40%.
Es decir, un mínimo de 23 diputadas de los 57 que conforman el pleno legislativo.
El máximo de diputadas llega a 22 en la actual legislatura y en la del 2006-2010. Fuera de eso , los números van hacia abajo.
Para la magistrada Eugenia Zamora, esta elección abre la posibilidad de que el país se ponga a la vanguardia de la participación femenina en el Congreso.
La nueva norma exige la alternancia de género en las listas, lo que significa que, por ejemplo, si en el primer lugar por San José aparece el nombre de un hombre, el segundo lugar será una mujer, el tercero un hombre y el cuarto una mujer, y así de forma sucesiva.
El reto. La aplicación de la nueva norma podría no reflejar la igualdad que se espera, pues si las listas las encabezan hombres, tendrán más opciones de acceder a los puestos disputados.
Entre los partidos con más opciones de llevar nombres a la Asamblea Legislativa, la tendencia sigue siendo la de poner hombres en los primeros lugares.
Por ejemplo, ya el candidato de Liberación Nacional (PLN), Johnny Araya, anunció que el primer lugar para la papeleta por San José estará en manos de Antonio Álvarez.
Sobre los demás puestos, Araya afirma que no hay claridad, pero, por ahora, la única mujer cuyo nombre suena con fuerza es el de Frangie Nicolás, en Puntarenas.
La actual diputada liberacionista Pilar Porras, junto con sus compañeras de la Comisión de la Mujer, criticó el que a su género se le acomode en segundos lugares.
“Deberían encabezar tres mujeres y cuatro hombres, todos sabemos que los primeros lugares son los que tienen más posibilidades. A la hora de hacer sándwiches, de ayudar y de trabajar sí nos toman en cuenta, pero a la hora de conformar las papeletas no”, dijo Porras.
En el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), todas las papeletas las encabezan hombres.
El presidente del Partido, Gerardo Vargas, achacó el desbalance a una decisión de las asambleas de la agrupación.
“Tenemos buena representación femenina en los segundos lugares, mal haríamos en irrespetar los procesos provinciales para acomodar a dedo una persona con una u otra condición”, afirmó.
En el Movimiento Libertario se realizó la elección de candidatos a diputado y, de momento, solo el primer lugar por Guanacaste le pertenece a una mujer.
Otros partidos, como Acción Ciudadana (PAC), aún no realizan su proceso, y queda en manos de sus autoridades la paridad.