Aunque el Gobierno de la República ahora aceptó hacerle recortes al Presupuesto Nacional del 2015, su plan para rebajar ¢221.000 millones no cayó del todo bien en la Asamblea Legislativa.
La opinión entre partidos como Liberación Nacional (PLN), el Frente Amplio y la Unidad Social Cristiana (PUSC) es que la iniciativa está bien, pero es ficticia.
El liberacionista Antonio Álvarez Desanti aseguró que el plan es “ridículo, una burla a los costarricenses y un acto de cinismo”, además de considerar la propuesta como un simple acto populista.
La idea del Poder Ejecutivo es reducir en ¢61.000 millones los gastos directos (horas extra, viajes y viáticos), obligar a las instituciones a usar dinero ocioso de los excedentes (hasta por ¢60.000 millones) y atrasar la amortización de deuda pública por ¢100.000 millones hasta en cinco años. En total, sería una reducción de 2,8% de todo el plan de Presupuesto del 2015.
Según Álvarez, retrasar el pago de la deuda que se vence el próximo año es una mala señal para el mundo financiero, es “patear la bola”.
“Esto rompe el prestigio y confirma que Moody’s (calificadora de riesgo financiero que bajó la calificación del país) tenía razón”, dijo.
El legislador verdiblanco aseguró que el PLN lo que busca es recortar el gasto pero en erogaciones nuevas, hasta en ¢300.000 millones.
Añadió que, por esa razón, su compañero de bancada, Rolando González, apoyó el plan del oficialista Ottón Solís para recortarle ¢307.000 millones al Presupuesto.
El Proyecto de Ley de Presupuesto Ordinario, tal como llegó al Congreso, es por ¢7,9 billones.
El jefe del Frente Amplio, Gerardo Vargas, consideró que el Gobierno aún está en deuda con su propuesta y debe recortar más.
Vargas lamentó que los recortes propuestos por su partido no hayan tenido éxito en la Subcomisión de Asuntos Hacendarios, donde se realiza el primer análisis del plan de gastos del próximo año.
“En frío, estamos viendo que el recorte real solamente es por ¢61.000 millones (en viáticos, viajes, publicidad)”, resaltó Vargas.
Más tijerazos. Por su parte, el PUSC avala la idea del Ejecutivo para atrasarse cinco años en la amortización de deuda, hasta por ¢100.000 millones, pero quieren obligar al uso de superávits en instituciones por ¢100.000 millones, a diferencia de los ¢60.000 millones planteados por el Gobierno, con el fin de quitar presión al plan presupuestario.
La Unidad también promueve un recorte del 3,5% al Fondo Especial para la Educación Superior (transferencias para las universidades), o sea, de ¢14.000 millones.
Para los socialcristianos, la propuesta del Gobierno incumple las expectativas de bajar el déficit, así como lo negociado con ellos y defienden que su plan bajaría el Presupuesto en ¢316.000 millones.
En medio de la tormenta de opiniones y la pugna por hacer el recorte más jugoso, el informe del Presupuesto debe estar hoy en la Comisión de Hacendarios, tal como lo ordena el Reglamento de la Asamblea Legislativa.
En Zapote, el presidente Luis Guillermo Solís dijo ayer que los recortes sugeridos no son efecto de la presión política, sino que las razones son más bien técnicas.