Una banda que se dividía en cinco agrupaciones y que operaba en Ciudad Quesada, San Carlos, ganaba al menos ¢15 millones al mes por la venta de marihuana, cocaína y crack.
El grupo era liderado por un hombre apellidado Varela Vargas, conocido como el Gordo Gerson, quien se encargada de definir los momentos para el ingreso de la droga, fijaba los precios de los estupefacientes y definía los lugares de operación.
Las cuatro personas de confianza de este sujeto eran de apellidos Rojas Jiménez, Zamora Marín, Alvarado Segura y Rojas Rojas. Ellos tenían a cargo a otros individuos y cumplían diversas funciones.
Tanto ellos cinco como otras 20 personas fueron capturados este jueves por la mañana, en un operativo conjunto del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y otros cuerpos policiales.
En total hubo 32 allanamientos en Ciudad Quesada, Sarapiquí, Limón, Río Cuarto y Guatuso, los cuales permitieron decomisar celulares, romanas, tabletas electrónicas, marihuana en picadura, una lancha, dos revólveres, una pistola, una escopeta y ¢1,5 millones.
Wálter Espinoza, director del OIJ, manifestó que, aunque las bandas eran independientes, Varela Vargas vigilaba que se cumplieran los parámetros que había establecido previamente.
“Los cinco grupos tenían contactos entre sí y proveedores comunes. El líder era conocido como el Gordo Gerson, quien encabezaba una estructura criminal fuerte dedicada a la venta de cocaína, marihuana y crack”, explicó Espinoza.
Funciones
El jerarca policial detalló que Rojas Jiménez, por ejemplo, lideraba un grupo que, además del tráfico de droga, cometía asaltos.
Incluso, él y otros cuatro hombres figuran como los sospechosos del homicidio de Max Paniagua Rodríguez, de 28 años, guarda de seguridad del supermercado Su Casa, quien falleció el pasado 16 de octubre.
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Ese día, al menos tres hampones ingresaron al local armados y encapuchados, pero antes dispararon en varias ocasiones contra la víctima.
Por otra parte, Rojas Rojas trabajaba en conjunto con un estadounidense de apellido Wood en un laboratorio de marihuana hidropónica, ubicado en Río Cuarto de Alajuela, y precisamente desde ahí salía la droga que Zamora Marín y otros de los aprehendidos introducían al centro penal Nelson Mandela, en San Carlos.
Finalmente, otro de los grupos de distribución era encabezado por Alvarado Segura.
Espinoza precisó que la droga era vendida a personas con alto poder adquisitivo y que era traída tanto de Río Cuarto como de Limón 2.000 y Sarapiquí de Heredia.
El fiscal adjunto de Fiscalías Territoriales, Mauricio Boraschi, expresó que las labores para desestructuración de la agrupación arrancaron a inicio de año y permitieron determinar que los hombres también vigilaban los movimientos policiales.
"Operaban muy cerca de los Tribunales de Justicia y hacían labores de contra inteligencia en Ciudad Quesada", afirmó Boraschi.
El fiscal de San Carlos, Alejandro Araya, reafirmó que la organización vendía droga a bandas con alto poder adquisitivo, para asegurarse los pagos económicos.
La Fiscalía adelantó que solicitará prisión preventiva para los 25 detenidos, al tiempo que la causa, que se tramita bajo el expendiente 17-000170-065-PE, seguirá en investigación.
Antecedentes
Hace dos semanas, en Los Chiles y San Carlos, se realizó otro despliegue policial que permitió detener a 33 personas, quienes enfrentarán cargos por distribución de drogas.
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Se trata de una poderosa banda que controlaba toda la venta de droga en los poblados más rurales de la zona norte y que invertía entre ¢8 y ¢10 millones en la compra de droga para obtener una ganancia del doble.
Ese grupo criminal era liderado por un sujeto conocido como Gorila.
El hombre, de apellidos Ramos Zúñiga y de 28 años, era conocido por las autoridades desde el 2010, cuando era un vendedor de droga aislado, pero no fue hasta hace tres años que logró establecer una red criminal en esa zona.