Cristián Chaves insistió por una camisa talla XXL en un toldo del Movimiento Libertario, aunque dejó claro que no votaría por ese grupo ni para diputados ni para presidente. Lo que le interesaba era la camisa nueva. Chaves eligió políticos por primera vez a sus 27 años.
La abuela lo lleva de una mano; la mamá, de la otra, ambas con lágrimas, en un domingo electoral. Desde hace cuatro años, Chaves vive en el Hospital Nacional Psiquiátrico. La única condición que este puso para que él saliese a sufragar fue que no se resistiese a regresar.
Estaba indeciso a última hora, como muchos. “Escogeré al que diga que quiere un mejor país, pero todos dicen eso, ¿verdad?”, dijo.
Así como Cristián Chaves, votaron otros 14 pacientes crónicos de ese centro: cinco mujeres y nueve hombres que viven ahí desde hace muchos años. Al salir, el primer microbús topó con la caravana del candidato Johnny Araya, en Pavas, por ahí de las 10: 15 a. m.
Un voto fue público, el resto fue asistido por un enfermero o ayudante. Tres usuarios viajaron en silla de ruedas a pesar de los múltiples obstáculos que eso implica.
Esta es la primera vez que se lleva a votar a los pacientes de pabellones de larga estancia. Al inicio se seleccionó a 40 (de 200). Sin embargo, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) comunicó a última hora que no dedicaría recursos de la institución para esta actividad.
Por ese motivo, algunos funcionarios del centro debieron arreglárselas por su cuenta para concretar la promesa, al menos para 14 de ellos. A fin de cuentas habían hecho un simulacro e informado a los usuarios sobre los planes políticos.
“El proceso les generó interés y ansiedad. Ya estaba el plan para que los 40 pudieran salir, pero la Gerencia nos avisó, este viernes, que no podíamos hacerlo. Eso nos tomó manos arriba, pero este es un derecho, y ellos tienen la capacidad de decidir”, dijo Douglas Mora, enfermero a cargo de la iniciativa.