“Ya salimos del monte. Vamos a ver cómo llego (a EE. UU.) porque se me ha acabado todo el dinero pasando por Nicaragua. Gastamos más de $1.200 (¢648.000) pasando Nicaragua. No sé si logre llegar a Guatemala”. Las frases salen de una cubana que logró llegar a Honduras el miércoles, desde Costa Rica, evadiendo el bloqueo del Ejército nicaragüense.
Ella, su pareja y 125 migrantes más decidieron poner sus vidas en manos de un coyote para atravesar Nicaragua.
Así lo relató vía Facebook a una periodista de La Nación , que conoció el 8 de diciembre en el puesto fronterizo de Peñas Blancas, cuando ya llevaba un mes varada en el sitio esperando noticias sobre las posibilidades de seguir hacia Estados Unidos, adonde planea radicarse.
Al día siguiente, el 9 de diciembre, la mujer y su pareja recibieron la peor noticia: Belice les cerraba el paso, al igual que Guatemala y Nicaragua.
Este fue el detonante para decidieran aventurarse con un traficante de personas a perder casi todo el dinero que tenían.
Como evidencia, ella envió varias fotos. En una, se ve a un numeroso grupo de cubanos descansando en el monte. En otra, los zapatos destruidos por las intensas caminatas. Le quedan dos pares para lo que viene.
Afirmó que el coyote los dejó abandonados a su suerte tras exprimirles el dinero.
“Hubo un día que salimos a entregarnos a los guardias de Nicaragua porque nos vimos perdidos (en la montaña). Y cuando salimos pa' la calle a caminar, nadie salía a cogernos. En eso, pasó un hombre y nos llevó pa’ casa de una prima. Llevábamos días sin comer y durmiendo en el monte. Esas personas, sin corriente (luz eléctrica), con piso de tierra, sin agua y con miles de necesidades nos dieron comida y nos sacaron de Nicaragua. Yo me quedé sorprendida y me di cuenta de que Dios está conmigo”, relató.
“La mujer dueña del negocio de los coyotes que nos sacó por el monte y nos dejó botados ya está presa porque nos estafó”, dijo.
De noche, caminaban tomados de las manos porque no se veía absolutamente nada. Incluso así, cruzaron ríos.
La migrante afirmó que su familia está desesperada porque no tiene medios para enviar más recursos.
Ella admitió sentir temor, pero dice que la esperanza gana y sueña con que, al pisar suelo estadounidense, contará toda su historia. En ese caso, lo haría con nombre, apellido y foto, para que el mundo entero conozca lo que padecieron en su travesía hacia lo que considera la “libertad”.
Nota del editor: Lea, a partir de este 25 de diciembre, un reportaje sobre el coyotaje y los migrantes cubanos.