El presidente Luis Guillermo Solís Rivera aprovechó su segundo día de gira en la Zona Norte de la provincia de Alajuela para hacer cosas diferentes.
Pese a la intensa lluvia, en las primeras horas de la mañana, Solís recorrió, en Monterrey de San Carlos, la finca de Ricardo Rodríguez, presidente ejecutivo del Instituto de Desarrollo Rural (INDER).
“(El presidente) disfrutó como nunca caminando entre potreros, teniendo contacto directo con la naturaleza”, dijo Rodríguez, especialista en planificación rural.
A Solís y Rodríguez se les unió Joaquín Salazar, viceministro de Agricultura y Ganadería.
El gobernante llegó la 1 p. m. a Venecia, otro distrito sancarleño. Allá, en la finca de Eduardo Arroyo, el presidente Solís tuvo una breve reunión privada con un grupo de vecinos, actividad de la que no trascendieron detalles.
Poco después, el presidente, vistiendo ropa del campo, con sombrero y calzando botas de cuero, se apareció en una zona verde sobre Pablito, caballo de la policía montada con el que luego tomaría parte en el tope que se llevó a cabo con motivo de la Exposición Ganadera local.
El mandatario galopó por las calles venecianas escoltado por dos de sus guardaespaldas, oficiales de la Policía Montada y de la Fuerza Pública.
Luis Guillermo Solís repartió saludos, accedió a tomarse fotografías con los lugareños, mayoritariamente mujeres y niños, para quienes su visita constituyó un acontecimiento.
El público aplaudió a Solís, y algunas personas hasta bromearon en el sentido de que era mejor jinete que muchos otros que ya tienen años de adiestrar caballos.
“Es la primera vez que asisto a un tope como Presidente de la República y la verdad es que me ha resultado una experiencia muy divertida, agradable”, confió a La Nación.
Fue un domingo distinto en el que “el primer trabajador costarricense” como lo llamó el sábado Alejandro Ubau, Alcalde de Upala se olvidó durante horas de problemas nacionales como el déficit Fiscal, el alza de las tarifas eléctricas, reformas laborales y la preparación del informe de los primeros 100 días de gobierno.
Solís prometió volver en un año para rendir cuentas de los compromisos adquiridos en Upala, Guatuso y San Carlos pero también con el deseo de volver a a romper la rutina.