El presidente Luis Guillermo Solís negó la existencia de una confabulación entre su gobierno y el bloque sindical Patria Justa, en torno a la huelga del pasado lunes y el acuerdo que se firmó para poner fin a esta.
Solís defendió ayer los ocho puntos concertados con ese colectivo y salió al paso de quienes lo critican por negociar con los sindicatos, a pesar de que la protesta tuvo un débil apoyo de los funcionarios del sector público.
“Algunas personas me preguntan:'Entonces, ¿ para qué negociaron?' Bueno, se negocia para que haya tranquilidad en el país, para que se cierren los procesos. No ha habido connivencia ninguna y mucho menos una suerte de entendimiento previo, como se ha hecho creer, entre el Gobierno y Patria Justa para ponerle fin a este movimiento”, declaró Solís.
También negó haber promovido la huelga durante el encuentro que sostuvo el jueves anterior con el ese bloque, el cual está integrado por la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), y por los sindicatos de Enfermería, de la Refinería Costarricense de Petróleo (Recope), del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), del Instituto Nacional de Seguros (INS), de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) y de los municipios.
“Solo una imaginación muy frondosa podría pensar que un gobierno responsable y, este, lo es, este lo es, va a ponerse de acuerdo con un movimiento sindical o cualquier otro para generar una huelga que puede tener consecuencias sumamente graves para la producción y para la tranquilidad de la ciudadanía”, agregó el mandatario.
Esas declaraciones las brindó, este miércoles en la mañana, en el vestíbulo del Teatro Nacional, después de participar en un acto oficial. Si bien inicialmente no tenía previsto hablarle a la prensa en esa actividad, a última hora cambió de opinión y ofreció un breve discurso.
De antemano. En esa intervención de cinco minutos con 40 segundos, el presidente insistió en que no existe una relación incorrecta entre su gobierno y ese grupo sindical. Alegó que mantiene el mismo trato con el resto de sectores sociales.
Solís volvió a reconocer que la mayoría de los ocho acuerdos alcanzados con Patria Justa se concertaron de previo a la huelga y negó que fuese un pacto.
No obstante, le restó importancia a lo concertado: “Son entendimientos, muchos de ellos, estrictamente administrativos o algunos incluso en marcha desde hace muchos meses (...). Que no tienen ninguna trascendencia como lo han querido presentar algunos sectores, en el sentido de que ello pareciera inaugurar una fase de entendimientos indebidos con este colectivo”.
El líder de Patria Justa, Albino Vargas, rechazó que el acuerdo firmado con el Gobierno estuviese negociado de antemano, incluso desmintió a Solís.
“Yo pienso que a veces él es muy sensible a presiones de otro tipo, del poder económico que llamo yo. No sé por qué tuvo que decir eso. No había absolutamente nada arreglado”, afirmó Vargas.
Entre los cinco acuerdos concertados de previo a la huelga el presidente citó el compromiso de “recurrir” la resolución de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) que impide a Recope incluir pluses salariales en el costo de las gasolinas.
También se dispuso revisar el dictamen del Ministerio de Trabajo, el cual declara que las convenciones colectivas no son eternas y promover un diálogo entre Patria Justa y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en aras de que el bloque sindical participe en las negociaciones sobre las decisiones financieras que ahí se tomen.