Nueva York, EE. UU. El presidente Luis Guillermo Solís exigió ayer “que se aclare en todos sus extremos” si las autoridades anteriores del Ministerio de Educación Pública (MEP) sabían que el nuevo sistema de pagos Integra 2 provocaría problemas con los salarios de los educadores.
Así reaccionó el mandatario luego de conocer que, según un informe de la Auditoría Interna del MEP, la exviceministra Silvia Víquez y el exministro Leonardo Garnier, conocían que 7.400 educadores no recibirían el sueldo completo con la implementación de dicho programa, a finales del Gobierno pasado .
“Espero que se aclare hasta sus últimos extremos esa información y esa auditoría”, comentó Solís.
“Tres semanas sin clases tiene un costo familiar y económico que no hubiese sido necesario tener si se hubiera actuado de otra manera”, se quejó Solís en el último día de una gira de atracción de inversiones por California, Washington y Nueva York (EE. UU.).
“Si eso fue así, como se señala en esa auditoría, la verdad es que me pone muy triste que eso haya ocurrido. Y se lo digo, no por el desgaste que esto le haya podido ocasionar al Gobierno, que fue importante, sino por lo que le significa al país”, agregó el mandatario.
Los problemas de pago que se produjeron al final de la administración de Laura Chinchilla le heredaron a Solís una huelga de educadores de casi cuatro semanas.
El informe de la Auditoría del MEP fue dado a conocer el jueves, en el Congreso, por la ministra, Sonia Marta Mora. En este se revelan supuestas frases textuales de Víquez, en las que ella señalaba que habría problemas con los pagos de poco más de 7.400 educadores.
Víquez habría manifestado: “Se les pagará menos; pero los funcionarios no saben ese detalle, por lo tanto luego se harán los ajustes correspondientes, pero no hace falta comunicarlos y así evitar futuros reclamos”.
El documento, elaborado por el auditor Harry Maynard, se lo leyó la ministra Mora a los diputados de la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público del Congreso.
Beneficio de la duda. Pese a la molestia, Solís señaló que debe dar el “beneficio de la duda” a Garnier, a Víquez y a los sindicalistas, en vista de que la exviceministra afirmó que hasta los gremios sabían .
Para el gobernante, ahora se debe dar un debate sobre el informe y sobre la participación de Garnier y de Víquez sobre el problema.
“Yo tengo que hacer el trabajo partiendo de un ejercicio de buena fe. Cuando asumimos la responsabilidad de resolver esa crisis, lo hicimos de buena fe. Cuando se resolvió, seguimos actuando de buena fe y la verdad es que no quiero cambiar esa actitud”, alegó Solís.
Consultado sobre el informe, Garnier dijo el miércoles a La Nación que no lo conocía y que por eso prefería no opinar, mientras que Víquez desacreditó el documento y dijo que sus palabras fueron sacadas de contexto.
Solís regresa hoy a San José, luego de la gira que le consumió toda la semana en suelo estadounidense, donde asegura que tuvo éxito en su plan de promocionar al país como destino de atracción de inversiones desde Estados Unidos.
El presidente se reunió ayer con casi 100 jóvenes costarricenses profesionales, que se radicaron en Estados Unidos.