El 7 de abril del 2002, los 2,2 millones de ciudadanos empadronados por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) se enfrentaron por primera vez a una segunda ronda electoral, desde la fundación de la segunda República en 1949.
Ese día, las opciones en la papeleta eran Abel Pacheco, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), y Rolando Araya, del Partido Liberación Nacional (PLN).
Mañana se cumplirán 12 años de esa jornada y de nuevo los electores decidirán el nuevo presidente en segunda ronda.
Por segunda vez también hay otro Araya representando al Partido Liberación Nacional (PLN) en la papeleta. Se trata de Johnny, el menor de los Araya Monge.
Si bien las diferencias son muchas, el hecho de que otro Araya esté en segunda ronda es una coincidencia que quedará marcada en la historia democrática del país, de la misma forma en que se registrará lo que suceda al final del día.
¿Qué pasó hace 12 años? El 7 de abril del 2002 amaneció con serenata en en Rohrmoser, donde reside el exdirector del Hospital Psiquiátrico Manuel Antonio Chapuí,
Abel Pacheco de la Espriella, de 68 años, apareció recién bañado, en chancletas y con el pelo alborotado en la entrada de su casa, mientras el mariachi que le llevó la televisora Repretel seguía tocando. Eran las 5:20 a. m.
Aún no terminaba de clarear el día en que sería “la primera vez que votamos por segunda vez”, como dijo el propio Pacheco.
Solo 47 minutos más tarde, en Santa Ana, el candidato del PLN, Rolando Araya Monge, salía con su cara más optimista a dar las primeras declaraciones a la prensa.
Un mes antes de la votación en segunda ronda, la encuesta de la firma Unimer le daba a Pacheco un 57,5% de intención de voto mientras que a Araya un 42,5%.
La jefa de campaña, Laura Chinchilla Miranda ( hoy presidenta), llegó a pedir a los militantes del Partido Acción Ciudadana (PAC) que votaran por el PLN.
Si bien Araya decía estar optimista, en el fondo sabía que iba cuesta arriba.
A las 6:07 a. m. de ese 7 de abril, el mismo mariachi que el equipo de Repretel había llevado a la casa de Pacheco, llegó al son de guitarrones y violines a la propiedad de Rolando Araya en Santa Ana.
La agrupación se llamaba El mariachi Solís. Rolando Araya no quiso que lo complacieran con otra canción.
La crónica de La Nación de ese día señala que se limitó a desayunar café y queso y corrió a la misa de las 7 a. m. en la catedral metropolitana, que iba a ser oficiada por el obispo de San José de aquel entonces, Román Arrieta.
El actual presidente del PLN y entonces diputado electo Bernal Jiménez, recuerda esa jornada como un día muy agitado y con una abstención “tremenda”.
“Teníamos dinero, pero hubo poco entusiasmo”, dijo.
A pesar del ambiente derrotista en Liberación, Rolando Araya caminó, visitó medios y pidió el voto con la idea permanente de ganar.
Pacheco por su parte, recuerda aquella jornada como un día de “alegría”, en el que cosechó un triunfo con el 58% de apoyo, mientras que su contendor logró el 42% de los votos emitidos.
El proceso cerró con 39% de abstencionismo.