Los máximos representantes de la Iglesia católica en el país usaron los púlpitos ayer para fustigar a los promotores de la fertilización in vitro (FIV).
Uno de ellos fue monseñor Francisco Ulloa, quien con las bancas de la catedral de Cartago casi llenas, criticó el procedimiento.
Solo tres días antes, el Estado costarricense había sido condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) por prohibir la FIV 12 años atrás.
Ulloa dio lectura a un documento, firmado por los ocho obispos del país, en el que la Conferencia Episcopal fundamentó su posición en contra de este procedimiento, que permite la reproducción humana por métodos científicos.
Lo hizo desde su posición de pastor “del Pueblo de Dios, teniendo el grave deber de dar un juicio moral cuando lo exigen los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas”.
En la lectura del obispo se criticó a la Defensoría de los Habitantes , a la prensa y a sectores de la sociedad que, dijo, “han colaborado, de manera poco objetiva y parcializada, a generar una opinión favorable” que presenta la FIV “como una solución inofensiva para el hijo y la mujer y gratificante para estos matrimonios”.
La posición del pastor era la voz de la Iglesia representada por los obispos, y esta voz se desplazaba por los rincones del templo, acariciando los murales donde imágenes del Evangelio evocan pasajes de la vida de Jesús.
“La FIV es y será, hasta que no se garantice lo contrario, un procedimiento deshumanizante para el bebé. Sobre el particular, nos sorprende negativamente cómo, en ningún momento, se describe al embrión como un ser humano, sino como un producto, que eventualmente, puede ser desechado”, afirmó Ulloa.
La FIV la define la biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos como “una forma de tecnología de reproducción asistida”.
La oposición de la Iglesia se centra en que la técnica pone en riesgo embriones que a su criterio ya implican una vida humana.
En el país esta práctica quedó prohibida en el año 2000 por un fallo de la Sala Constitucional.
Un grupo de parejas afectada por la decisión de la Sala procedió con una escalada de demandas que acabaron con el fallo del viernes de la Corte IDH, que estableció la obligatoriedad de que el país garantice el procedimiento.
Ayer, finalizada la lectura de la posición de la Iglesia, Ulloa lanzó un recordatorio que no admitía apelación alguna: “Recordemos que Jesucristo el Señor es el modelo de la vida y, vino para traernos vida, y vida en abundancia, porque él fue también un embrión humano, como todos nosotros”. Acto seguido, el cura entonó con su voz amplificada la oración del credo.