Con el objetivo de reducir el costo de su planilla y evitar una insostenibilidad financiera, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) invitó al 11% de su personal a acogerse a un plan de movilidad laboral.
Ese es el porcentaje de funcionarios que podrían retirarse de forma anticipada y voluntaria, según los parámetros del nuevo plan que anunció este lunes la empresa estatal.
Se trata de 1.500 empleados que tienen más de 20 años de laborar para el ICE y a quienes les faltan siete años para alcanzar la edad mínima para pensionarse.
Esta movilidad laboral implica que, si un servidor se acoge a ella, se le pagaría un incentivo económico de hasta 10 salarios adicionales a la cesantía, que en el caso del ICE es de hasta 20 sueldos, según la antigüedad.
El premio extra variaría según la edad del funcionario. Cuanto más joven sea la persona, mayor será la suma que recibiría.
De ese incentivo quedarían excluidos los hombres mayores de 62 años y las mujeres mayores de 60 años, debido a que están cercanos a jubilarse.
La invitación se le cursó este lunes al personal, mediante un comunicado interno, y se extenderá hasta el 15 de enero del 2016.
“Como parte de los cambios estructurales que ha venido impulsando la administración superior, para lograr la estabilidad y sostenibilidad financiera de la institución, se informa al personal que se abrirá un nuevo programa de movilidad laboral voluntaria y dirigida”, señalaron las autoridades del Instituto en el comunicado interno.
La jefa de gestión del Talento Humano del ICE, Olga Calderón, aclaró que el empleado que decida acogerse también debe ostentar una plaza en propiedad.
“Se trata de un programa dirigido, en el cual la administración evalúa cada caso en procura del interés institucional y la continuidad del negocio. Es la administración la que decide en última instancia, la aprobación de la solicitud de movilidad”, declaró Calderón, vía correo electrónico.
Ahorro. La entidad calcula que si esos 1.500 funcionarios se suman al plan, el ahorro anual sería de ¢33.000 millones. Es decir, que en promedio se ahorrarían ¢22 millones al año por colaborador.
Esa suma equivale al 44% de los ¢75.653 millones que gastó, en el primer semestre del año, el Grupo ICE en remuneraciones.
No obstante, inicialmente la entidad tendría que hacer una inversión de ¢18.000 millones para el pago de incentivos a ese personal, fuera de las prestaciones.
La institución prevé recuperar dicho monto en aproximadamente seis meses.
Situación crítica. El plan de movilidad laboral anunciado por el ICE forma parte de una serie de medidas para “asegurar la sostenibilidad financiera empresarial”. Si se toma en cuenta que a junio pasado, el nivel de deuda del Grupo ICE ascendió al 39% del total de sus activos , ese porcentaje era del 32%, en el 2011.
El total del endeudamiento se duplicó tras la apertura del mercado de telecomunicaciones, siete años atrás, cuando el pasivo alcanzó ¢866.200 millones.
Esta no es la primera vez que el ICE activa un plan para recortar su planilla. Entre el 2012 y el 2013, aplicó una reducción del 6% (1.000 trabajadores menos).