Cuatro días después de las elecciones, José María Villalta todavía se siente un poco candidato presidencial. Esta semana volvió a sus zapatos de diputado, de donde saldrá el 30 de abril para dedicarse a ser asesor ad honórem de la futura fracción.
A menos de dos meses de la decisión final sobre quién será el presidente de la República, Villalta habla de las heridas abiertas con el Partido Acción Ciudadana (PAC), aunque no descarta un acercamiento. De seguido, parte de la conversación de ayer con La Nación .
¿En qué momento quedó fuera de la segunda ronda?
Creo que estábamos en segunda ronda hasta mediados del mes de enero. Se dio un cambio producto de la campaña violenta en contra del Frente Amplio. Empezó a crecer la gente que se declaró indecisa y la gente a favor del PAC. Con el apoyo de algunos medios, se dio un cambio, un giro, alguna gente se asustó. Había grupos bombardeando por todas partes.
¿Están fracturadas las relaciones con el PAC?
Son relaciones frías, más que todo por decisión de los líderes del PAC. Los líderes del PAC decidieron dejar de ver al Frente Amplio como un potencial aliado y durante las últimas semanas de la campaña se sumaron más bien a la campaña del miedo y de ataques.
¿No es una estrategia entre el FA y el PAC para evitar ataques de Liberación Nacional?
Nosotros nunca vimos al PAC como un enemigo. Si se tratara de ganar a cualquier costo, ese sería el principal error, no haber visto al PAC como un enemigo. Ellos pues sí tomaron la decisión de ganar a cualquier costo (...). La gente del FA no está enojada porque el PAC creciera, sino que está preocupada al ver la facilidad con que el PAC empezó a reproducir discursos que son violentos, de intolerancia y que podrían tener implicaciones para la vida de nuestra militancia.
¿Se siente víctima?
No, no, como víctimas no.
Ese es el tono que se le percibe.
Nos sentimos como gente que enfrentó condiciones totalmente adversas y que logró salir avante. No creo que seamos víctimas. Somos ganadores de este proceso, porque, a pesar de las condiciones tan adversas y desiguales, logramos sostenernos.
Es evidente que, entre el PLN y el PAC, ustedes tienen más coincidencias con el PAC.
Las hemos tenido en el pasado con el PAC, lo que pasa es que es un partido donde coexisten posiciones ideológicas antagónicas y los sectores más de derecha y más conservadores del PAC, han venido recuperando el control del Partido y eso se refleja en el discurso.
El domingo en la noche usted dijo que había derecha que roba y derecha que no roba.
Yo creo que hoy, en la Costa Rica actual, reconocerle a una agrupación política que no roba, no es una concesión menor. Hay gente que está enojada, pero es un reconocimiento importante.
¿Conversarían con Luis Guillermo Solís?
No lo hemos descartado, lo que pasa es que hemos pensado dos cosas: primero, no es al Frente Amplio al que le toca buscar una conversación. Ya nosotros terminamos. Lo otro es que la cúpula que hoy dirige al PAC no solo no quiere conversar con nosotros, sino que busca distanciarse. Ellos tienen miedo de que un acercamiento con nosotros les reste votos. Ellos están buscando la forma de tener los votos del Frente Amplio, sin hablar con el Frente Amplio.
¿Ha conversado con Solís?
No vamos a cerrar la puerta al PAC, a pesar de que existen diferencias, pero tampoco vamos a forzar algo que no le convenga a la estrategia electoral de ellos.
Ya sin la presión de la campaña, ¿cuán comunista es usted?
( Ríe ) Yo no soy comunista. Eso, cualquiera que me conoce, lo sabe. Soy un socialista de firmes convicciones. Soy un socialista democrático, un socialista moderno. No defiendo ni cargo sobre mis hombros errores de gobiernos que en el pasado se identificaron como comunistas. No reivindico las dictaduras, no reivindico el conflicto con la religión ni muchas cosas que trataron de cargarme con la etiqueta. Por supuesto, sí reivindico la lucha de los comunistas costarricenses, que siempre entendieron que el cambio no se hace copiando recetas.
¿De qué va a vivir en adelante?
De mi trabajo (abogado), como siempre. Nunca he vivido ni de rentas ni de nadie más.
De lo que se le conoce, del 98 hacia acá fue asesor legislativo, hasta ser diputado. ¿Tuvo otra experiencia laboral?
Sí, en mi profesión de abogado y como miembro del Consejo Universitario. Ahora me voy a concentrar en mi profesión. Las áreas en que me he especializado son Derecho Constitucional y Ambiental, y, modestia aparte, no creo que me falte trabajo. Me gustaría vincularme más con la academia, ya sea dar clases en la Universidad.
¿Quién manda en el Partido? ¿El liderazgo y la vocería se traslada a Patricia Mora, o habrá una vocería compartida?
No hemos hablado mucho de eso. Lo que sí está claro es que la vocería de la fracción la ejercerá la persona que nuestros diputados elijan como jefe o coordinador de fracción. Yo seguiré acompañando a nuestros diputados, asesorándolos, aconsejándolos.
¿Cuán cerca estará de ellos?
Tan cerca como me dejen estar. No voy a trabajar como asesor, pero voy a estar ad honórem. Y en el Partido, efectivamente la vocería la ejerce el Comité Ejecutivo nacional, cuya presidenta es Patricia Mora, pero las decisiones las seguiremos tomando colectivamente.
¿Habrá Villalta para el 2018?
Todavía es prematuro. No lo descarto. Tengo un compromiso con la lucha que asumí y no pienso abandonar el liderazgo que ejerzo ni a la gente que confía en mí (...). No me veo en luchas de poder. Si surgiera otro líder con más apoyo que yo, le daría el apoyo. No es un proyecto personal ser candidato. No estoy desvelado por ser presidente.
¿Ya se quitó los zapatos de candidato presidencial?
Ya me los estoy quitando. Todavía a veces me descubro pensando como candidato.