Piden la palabra, levantan el micrófono, empiezan su discurso y lanzan su descontento: errores, “sordera”, falta de transparencia, desconfianza, inexactitud, indisposición a negociar, pésimo manejo de los tiempos políticos y poca autocrítica.
Los diputados utilizan esas expresiones para describir los momentos de la administración Chinchilla Miranda, a partir de la lectura del discurso de rendición de cuentas del 1.º de mayo.
Para eso aprovecharon la sesión de plenario de ayer, en la que descargaron todo sus críticas. Aseguran que a Chinchilla le agarró tarde para dialogar, según manifestaron legisladores de oposición.
El reglamento legislativo permite que los congresistas hablen dos días sobre los puntos que el jerarca del Poder Ejecutivo identifica como los aciertos de su gestión.
La jefa de fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC), Carmen Muñoz, destacó que la presidenta tiene poca autocrítica.
“En momentos en que ya no conviene llama al diálogo”, destacó la congresista, quien además lamenta la criminalización de la protesta social de esta administración.
Mea culpa. El análisis del discurso de rendición de cuentas de la mandataria, que por lo general se centra en las debilidades, olvidos y yerros, en lo no dicho por quien rinde cuentas, fue aprovechado por diputados oficialistas y de otros partidos para hacer su “mea culpa”.
En esa vía caminó el socialcristiano José Roberto Rodríguez, quien reconoce que el diálogo es una deficiencia nacional.
El exjefe liberacionista Fabio Molina, recalcó su preocupación por la parte de gobierno que le concierne a la Asamblea Legislativa, de cuyo reglamento se lamentó. Molina propone modificarlo.
“Criticamos por criticar. No podemos criticar al Gobierno de la República porque no escuche, cuando somos nosotros mismos quienes no lo hacemos”, dijo la subjefa de la bancada, Siany Villalobos.
La punta de lanza del discurso “chinchillista” es la seguridad. Por eso, el exjefe libertario, Carlos Góngora, cuestiona que Laura Chinchilla hable de “importante incautación de droga”, sin decir los montos de lo decomisado.
“La presidenta prometió 4.000 policías más en este Gobierno. En el 2011, hubo 740 más; en el 2012, 570. Cuestiono que se alcance la meta”, dijo el diputado cartaginés.
La puntarenense y liberacionista, Agnes Gómez, defendió las cifras gubernamentales en seguridad social.
Y la libertaria Damaris Quintada sostuvo que no se mencionó ese tema en el informe.
Aunque la diputada Gómez asegura que esta administración tiene como acierto el impulso al emprendedurismo, Gustavo Arias, del PAC, recuerda que no se han logrado soluciones en el Sistema de Banca para el Desarrollo.
El también liberacionista, Óscar Alfaro, argumenta que Chinchilla aplica nuevas formas de gobernar, aunque el libertario Góngora siente más bien una negación de los hechos de corrupción.
Pese a las críticas sobre lo que no les gustó, partidos como el PAC, en palabras de su jefa, Carmen Muñoz, se apuntan al diálogo en procura de una agenda nacional.
Así, en una marea de discursos sobre las labores presidenciales del último año, el primer día ordinario de sesiones para el nuevo jerarca legislativo, Luis Fernando Mendoza, concluyó anoche, pasadas las 7 p. m., como parte sin novedad. Al nuevo presidente solo le faltan 364 días de gestión.