La Comisión de Asuntos Sociales de la Asamblea Legislativa aprobó este martes para discusión un nuevo texto sustitutivo que legaliza la técnica de fecundación in vitro en el país, tanto dentro como fuera del matrimonio.
Con ello, da marcha atrás con la iniciativa anterior que excluía la práctica de esa técnica en mujeres solteras.
En texto sustitutivo contó con el apoyo de los legisladores de los partidos Acción Ciudadana (PAC), Unidad Social Cristiana (PUSC), Liberación Nacional (PLN) y Frente Amplio, sólo se opuso el diputado de Alianza Demócrata Cristiana, Mario Redondo.
Dicha iniciativa fue presentada por 20 diputados del anterior Congreso, entre ellas, la socialcristiana, Gloria Bejarano y María Eugenia Venegas del PAC. Lo que hicieron los actuales legisladores fue retomar esta iniciativa.
De acuerdo con la presidenta de la comisión, la oficialista Emilia Molina, el proyecto además de legalizar la técnica y establecer que la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) debe brindar el servicio, también sanciona a quiénes "manipulan inadecuadamente" embriones humanos.
"No es el primer proyecto que hubiésemos querido aprobar, pero es en el cual hay más consenso", dijo Molina.
Sin embargo, la también Jefa de fracción del PAC, reconoció que el proyecto todavía no se puede conocer en el seno del Plenario porque primero se deben conocer 772 mociones que había presentado el exdiputado de Restauración Nacional, Carlos Avendaño.
"Dispensamos de lectura las mociones para agilizar el trámite, pero todavía hay que discutirlas. Este proceso creemos que nos tomará entre dos o tres sesiones, quizás el miércoles de la próxima semana el proyecto esté listo para ingresar a la corriente legislativa", agregó Molina.
Redondo por su parte, asegura que tratará de convencer a los diputados "respetuosos del derecho a la vida" para no aprobar esa iniciativa.
El diputado cartaginés cuestiona que no se sancione en el proyecto a quien desecha "embriones humanos no viables".
"El texto sustitutivo cae en excesos importantes y peligrosos. Atenta contra la vida humana, es una atrocidad. No se puede permitir que sea una persona y no Dios, quien decida cuándo desechar un embrión, después de establecer si es viable o no", dijo Redondo.