Mientras se dedican de lleno a sus campañas políticas, los candidatos presidenciales aseguran cubrir sus gastos comunes con ahorros, aportes de familiares y hasta créditos.
El liberacionista Johnny Araya, quien dejó de percibir un salario de ¢7,4 millones al renunciar a la alcaldía de San José, aseguró que se mantiene con sus ahorros y con ayuda de su familia.
En una declaración jurada sobre bienes e ingresos, Araya dijo que su padre y sus hermanos le aportan ¢3 millones mensuales, además de que percibe ¢2,1 millones cada mes por los intereses que le generan dos créditos hipotecarios y una letra de cambio otorgados por él, así como el alquiler de un condominio.
Por su parte, Otto Guevara, aspirante del Movimiento Libertario, afirmó que todavía atiende a dos clientes en su bufete Consorcio Jurídico Especializado, ubicado en Montes de Oca.
Sin embargo, a raíz de que la actividad política le resta tiempo para ofrecer más servicios, Guevara declaró que echa mano a los ahorros que ha logrado acumular.
Adicionalmente, para encarar la campaña, el Libertario cubre siete rubros, tanto a su candidato presidencial como a los aspirantes a vicepresidentes. Entre esos, Guevara citó una caja chica para alimentación, el préstamo de un vehículo y, el pago de gasolina, chofer, hospedaje, escolta y un asistente.
En el caso de la Unidad Social Cristiana (PUSC), su postulante a la Presidencia, Rodolfo Piza, informó de que paga sus gastos con “el último pedacito de ahorro” y con ayuda de su esposa.
“Mamá también me ayuda algo; mi suegro me puso algo”, añadió Piza, al reconocer que suspendió las operaciones de su bufete desde que entró a la precampaña del PUSC en mayo, pues ya no tenía clientes. Solo le quedaron algunas consultorías. “A la gente no le gusta un abogado que se meta en política”, comentó.
El socialcristiano también evalúa vender un lote o recurrir a un crédito: “Pediría un préstamo pequeño para sostenerme estos tres meses. Con unos ¢5 millones podría sostenerme razonablemente”.
La Unidad todavía no apoya económicamente a su candidato en el pago de los viáticos de sus giras.
Luis Guillermo Solís, de Acción Ciudadana (PAC), dijo que se apoya en fondos familiares y los ¢626.000 mensuales que percibe en la Universidad de Costa Rica (UCR) por un curso que imparte en la Escuela de Ciencias Políticas.
“No tengo acciones, edificios de alquiler, sociedades o cargos en juntas directivas”, añadió Solís.
A diferencia de Piza, el del PAC tiene la ventaja de que el Partido le paga viáticos y combustible para las giras y reuniones de trabajo, además de que tiene un chofer.
En tanto, el candidato del Frente Amplio, José María Villalta, se costea los gastos con los ingresos que percibe como congresista.
“Mis ingresos están compuestos por mi salario ( ¢3.596.000 desde hoy), exclusivamente y eso pues implica el gran reto de mantener mi trabajo como diputado a pesar de la campaña. Hasta ahora lo he venido haciendo”. Dijo que pretende “robarles tiempo a los tiempos libres” para continuar con la tarea electoral, sin descuidar el trabajo.
Al consultársele si el Partido le pagaba viáticos, dijo que más bien él ayuda al partido económicamente con parte de su salario.