Domingo, 11 de la mañana. La hora de los partidos de fútbol, de lavar el carro, de pasear por el barrio, de preparar el almuerzo y de entregar ayer al Congreso el proyecto de Presupuesto Nacional de la República para el 2014.
También era la hora para que el ministro de Hacienda, Édgar Ayales, dejara claro que el déficit presupuestario del 2014 (6,2 % de la producción) será una de las herencias para el próximo presidente de la República.
La remisión del plan de gastos y de ingresos para el siguiente año se dio de forma poco usual, en un domingo 1.° de setiembre , el último día establecido en la Constitución Política.
Los ajustes de última hora hicieron que el documento quedara listo hasta el viernes en la noche, dijo el viceministro de Egresos, José Luis Araya.
Durante la presentación del proyecto, Ayales advirtió de que el faltante presupuestario será una constante en el próximo gobierno, si no se toman medidas para aumentar los impuestos y mejorar su recaudación.
Los números rojos en la contabilidad estatal se reflejan en el Presupuesto entregado ayer al presidente de la Asamblea Legislativa, Luis Fernando Mendoza, donde se prevé un gasto de ¢6,6 billones, financiados con ingresos de ¢3,8 billones.
La falta de ingresos le impide al Ejecutivo asignar los recursos que obliga la ley a instituciones como el Patronato Nacional de la Infancia o al Ministerio de Educación Pública (MEP), agregó Ayales. Aun así, afirmó que la transferencia de fondos subió, pero aclaró que es urgente retomar una reforma tributaria.
El jerarca dijo que espera reunirse con el equipo económico del candidato ganador de las próximas elecciones, para estudiar la continuidad a los proyectos tributarios que impulsa el Gobierno.